La ciudad más increíble de toda la isla de Córcega. Situada al borde de un acantilado, las casas de levantan desafiando la gravedad, algo que atrae a miles de turistas a esta pequeña localidad corsa. Es imposible resistirse a los encantos de este lugar. Lo que cautiva no es tanto el pueblo antiguo, sino el enclave natural: vertiginosos acantilados esculpidos por el mar y al otro lado de la ciudad, un tranquilo fiordo como Olympe, donde fondean los barcos.
Bonifacio debe su nombre a un noble de la Toscana del siglo IX, el marqués Bonifacio.
La fortaleza original, valorada e inexpugnable, ha conocido más de una batalla. Piratas, genoveses, españoles, franceses han luchado para conquistarla. Finalmente, fue Francia quien la recibió en herencia en 1768 con motivo del tratado de Versalles. Desde entonces, la vida en Bonifacio transcurre más bien tranquila.