Tanto si descubres la región en verano como en invierno, el Franco Condado se caracteriza por ser un destino muy ligado a la naturaleza. Son muchos los itinerarios señalizados que te permiten sumergirte en el corazón de estos paisajes de llanos y montañas: excursiones a pie, a caballo, en bicicleta o a orillas del agua cuando hace bueno; o esquí de fondo y raquetas de nieve cuando el blanco manto de nieve recubre la vegetación.
El Franco Condado es una región que se vuelca entera y con la misma franqueza ante los ojos que ante el paladar, con los productos de su tierra. Uno piensa rápidamente en los placeres de la mesa que se declinan alrededor de productos auténticos. Salchichas, jamones, quesos como el Comté, el Emmental o el Munster, y los vinos del Jura, siempre presentes, se combinan entre ellos para componer recetas tan tentadoras como roborativas y cuyo secreto se guarda en las regiones montañosas.
Los paisajes, la bebida y la comida son una recompensa suficiente para la mayoría de visitantes, pero el Franco Condado también esconde otros tesoros. La Historia ocupa un lugar destacado en el paisaje cultural de la región. Los vestigios del rico pasado del Franco Condado, aunque la mayoría se encuentran enterrados y han sido descubiertos por casualidad, son una mina de conocimientos y sorpresas. Ya sean prehistóricos, antiguos o galo-romanos, los testigos de una historia lejana enriquecen los museos regionales y la curiosidad de los turistas.
Con más tendencia a elevarse al cielo que a esconderse bajo tierra, el patrimonio religioso que ha heredado la región también es una baza cultural significativa. La capilla de Romchamp, la abadía de Baume-les-Messieurs o el enclave protestante de Montbéliard nos recuerdan que la región está marcada por dos grandes religiones.
Las especialidades gastronómicas de la región se conservan muy bien. Así que no debes dudar en abastecerte de salchichas de Morteau, jamón ahumado del Alto Doubs u otras salazones, de queso Comté, Morbier y otros Emmental, para prolongar los placeres de la mesa del Franco Condado una vez de vuelta a casa.
Las montañas del Jura y de los Vosgos constituyen el mayor espacio nórdico de Europa. Los aficionados al esquí de fondo y al paseo en raquetas de nieve disfrutarán enormemente en el macizo del Jura, una cadena montañosa que constituye un terreno ideal para estos deportes. Evidentemente, el esquí alpino también está presente, pero la reputación de entorno familiar de la que gozan las estaciones del Jura y de los Vosgos no confieren a esta práctica una sensación tan deportiva como en los Alpes o los Pirineos.
Gracias al TGV Rhin-Rhône, Belfort queda a tan solo 2:16 horas de París.