La castaña se ha conocido durante años como la "patata" de Ardèche.
Esta es la primera región productora de Francia, con 6.000 toneladas anuales. Esta reserva de nutrientes única ha sido la base de recetas, tanto saladas como dulces.
En el siglo XIX, cuando las patatas y otros feculentos llegados de otras regiones francesas pasaron a ser más comunes, lo dulce tomó el relevo. En 1882, Clément Faugier tuvo la idea de producir industrialmente castañas confitadas y luego productos a base de castaña, como la crema de castaña, castañas al coñac, etc.
Hoy en día se encuentran castañas tanto en platos salados o sopas, en la "cousina" o en gratinados.
En 2006, la castaña de Ardèche recibió la Denominación de Origen Controlada.