Existe un lazo muy estrecho que une la Isla de Ré con su patata temprana, un tubérculo que es el orgullo de los habitantes de esta región y que se ha convertido en el embajador de la isla.
Hay que decir que esta belleza vegetal no aparece en cualquier momento ni bajo cualquier condición.
Al contrario, la patata de la isla de Ré exige un suelo muy particular y solamente aparece una vez al año, a principios de la primavera, y lo hace en una zona muy particular, entre Ars y Saint Martin. Esta tierra ofrece todas las características tan particulares que el tubérculo necesita para desarrollarse: un suelo calcáreo, seco y arenoso bañado por las brisas marinas.
Gracias a la unión del territorio y de los elementos, la patata de la isla de Ré adquiere su gusto yodado tan característico y apreciado. El carácter único de este producto queda demostrado por ser la única variedad de patata que ha recibido la Denominación de Origen Controlado, en 1998. Se trata de un reconocimiento al trabajo de los horticultores sometidos a toda una serie de especificaciones rigurosas que exigen un cultivo razonado del suelo y un calibrado muy preciso.
Además, para limitar la presencia del almidón en la patata, los horticultores deben recolectar el tubérculo antes de que llegue a su madurez.
Hay cinco variedades de patata de la Isla de Ré que se dividen en dos grupos: las de carne tierna y ligeramente azucaradas son la Alcmaria y la Starlette, y las de carne más firme, la Roseval, la Charlotte y la Amandine.