«La mesa se llenaba de quiches, tortadas de carne, tartas de mirabeles, frutas de todo tipo y de buen vino cosechado en la viña paterna, en la ladera de Vahé». Este extracto del libro de Maurice Barrès, La colina inspirada, podría resumir fácilmente la gastronomía de Lorena.
Los ingredientes de base son la patata, el tocino y el aguardiente de ciruela mirabel, y los habitantes de Lorena han sabido utilizarlos en unas recetas variadas y llenas de sabor. Los platos tradicionales son platos campestres y muy calóricos. Algunos han conquistado a todo el mundo, como la quiche lorraine. Otros, en cambio, son mucho menos conocidos como la ensalada de pissenlit o las tofailles.
Lorena posee una amplia selección de quesos (Emmental Grand Cru, Carré de l'Est, Brie de Meaux) y vinos. El más conocido es el vino gris de Toul, pero también hay viñedos en Mosela, en el valle del Seille y el valle de Metz. Históricamente Lorena era una región que elaboraba cerveza, pero hoy día solo queda una cervecería en Lorena.
Por último, los postres y los dulces como el baba au rhum, la tarta de mirabeles o la wagotine suelen hacerse con fruta y aguardiente de la región.
La Primera Guerra Mundial dejó su huella en toda la región de Lorena. Este triste episodio ha quedado grabado en la memoria colectiva de la región y existen multitud de monumentos que recuerdan los estragos de la guerra. En los alrededores de Verdún, los testimonios se multiplican, como la Voie Sacrée (Vía Sacra), la Ciudadela Subterránea, el Osario de Douaumont o el Fuerte de Douaumont. La historia también ha dejado otros edificios como las fortificaciones de Vauban alrededor de Verdún, la catedral o la torre Chaussée, el castillo de Commercy, la iglesia fortificada de arte románico de Dugny sur Meuse, la ciudad alta de Bar-le-Duc o el patrimonio arquitectónico renacentista de Saint-Mihiel que también recuerda los grandes momentos de la región.
Lorena cuenta con un rico patrimonio gracias a su historia y a su cultura regional. Marcada por dos guerras, la ciudad de Verdun permite visitar el Camino de las Damas y la Vía Sagrada. El Memorial de Verdun es un lugar que conmemora los soldados muertos por Francia y en el que podrás descubrir sus condiciones de vida y las circunstancias en las que combatieron. En Nancy, el museo de las bellas artes, situado en la espléndida plaza Stanislas, presenta obras de diferentes corrientes artísticas de Europa de los siglos XVI al XXI. El museo de Lorena es otro testimonio de visita obligada de la vida cultural y artística de la región. Lorena también es la cuna del arte de la vidriería; en la casa del vidrio y el cristal de Meisenthal podrás descubrir la evolución de este arte con las obras maestras de vidrio del Art Nouveau. Otro lugar que no puedes perderte es el Centro Pompidou de Metz, que se ha convertido en uno de los centros de arte contemporáneo más destacados a la altura de los de Bilbao, Nueva York, Venecia, Londres y París.
Lorena ofrece la posibilidad a los amantes de la naturaleza de disfrutar de ella en un marco único. Sus tres parques naturales regionales, con extensos bosques, colinas, lagunas y valle, rinden un claro homenaje a la fauna y la flora. Asimismo, puedes recorrer el río Mosa en barco por el canal o acercarte hasta allí para pescar. Si prefieres practicar deportes más activos, puedes ir en canoa, kayak, vela, bicicleta de montaña... Los amantes de la astronomía también podrán acudir al observatorio de Saint-Mihiel, situado entre Metz y Saint-Dizier.
En Lorena, los deportes al aire libre ocupan un lugar destacado en medio de paisajes llenos de contraste: puedes ir a esquiar en los Vosgos, ir de excursión por el bosque o en Kayak por el Mosa... Son muchos los lagos y estanques en los que podrás realizar actividades acuáticas, como en el lago Gérardmer, el más grande y célebre de Lorena, donde encontrarás lo que buscas: la vela, el windsurf, el remo, el submarinismo o los paseos en patinete son ejemplos de las actividades que podrás realizar. Otros buenos lugares en los que practicar deportes náuticos son el estanque de Stock, uno de los más extensos del este de Francia, o el lago Madine, en pleno corazón del parque natural regional de Lorena. Los que deseen descubrir el sotobosque de Lorena pueden acudir a la casa de la espeleología del valle de Saulx.
La región es una inmensa reserva en la que la fauna y la flora son sumamente fáciles de ver. Con sus 840 000 hectáreas de bosques, Lorena es una de las regiones más arboladas de Francia. El bosque de Darney es conocido a escala nacional por la calidad de sus hayas y sus robles.
Bosques de llanura o de montaña, césped seco, lagos y otras zonas húmedas constituyen la riqueza de la flora de Lorena y son un auténtico refugio para muchas especies animales. De hecho, ciervos, corzos y jabalíes pululan en los bosques de la planicie. Las zonas agrícolas albergan una fauna más pequeña que se compone de liebres, zorros, cuervos y perdices. Los estanques de Meuse y Mosela acogen a muchas aves migratorias, como patos, garzas, mirlos acuáticos y cormoranes. También podrás observar el castor, que se reintrodujo en Lorena en 1983. En cuanto a la montaña, es el reino del urogallo, de la gamuza y del lince. Este último, muy discreto y desconfiado, es prácticamente invisible.
Aprovecha tu estancia en Lorena para salir y disfrutar de las numerosas oportunidades para divertirte o degustar las especialidades regionales en restaurantes locales. Aquí encontrarás algunos establecimientos culinarios recomendados por sus cartas, que te permitirán sumergirte en la cocina de Lorena.