Viajes a Niza: las maravillas de la Costa Azul

Niza, la ciudad más italiana de la Costa Azul, reivindica con orgullo su ascendencia mediterránea. Esta pequeña ciudad acomodada, que disfruta de un nivel de vida elevado, sabe hacerse apreciar por los turistas. Niza no sólo es un zona de playa legendaria (bastante romántica al final de la tarde, hay que decirlo), sino también un centro histórico (la Vieja Niza) donde es agradable pasear por sus callejuelas medievales animadas por el espíritu festivo de los estudiantes que la frecuentan.

Considerada un poco como la Florida francesa debido a su número elevado de personas mayores que eligen aquí domicilio para disfrutar del clima soleado, Niza desvela en realidad aspectos brillantes y juveniles. Y sobre todo en su centro histórico medieval. Situada lejos del mar, del que sólo percibimos el aroma algunos días de viento, la "Vieja Niza" se articula en un laberinto de calles adoquinadas, edificios antiguos y pequeñas tiendas de artesanía o de diseño ultramoderno. La riqueza de la ciudad se nota también en la amplia variedad de restaurante y hoteles, algunos especialmente lujosos.

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Niza, que es la ciudad más grande de la Costa Azul, reivindica su estatuto altamente cultural a través de sus diversos museos municipales, gratuitos desde el 1 de julio de 2008.
El Museo Departamental de Artes Asiáticas, diseñado por el arquitecto japonés Kenzo Tange, alberga obras clásicas y contemporáneas. Entrada gratuita, tel.: 0033 4 92 29 37 00.
A lo largo del Paseo de los Ingleses encontramos, en cambio, el Museo de Arte e Historia, en el Palacio Masséna. Este edificio de estilo Belle Époque acoge colecciones que narran la historia de la ciudad de la época de Bonaparte (1793-1815) hasta los años '30
El Museo Matisse, alberga también en un edificio histórico (de arquitectura genovesa del siglo XVII, para ser más precisos) en pleno corazón de los jardines Cimiez, propone una colección de obras del pintor, que vivió en Niza desde 1917 hasta su muerte en 1954.

Para disfrutar de una vista de conjunto del Paseo de los Ingleses, tendrás que subir (acceso gratuito por las escaleras, de pago por ascensor) hasta la Torre Bellanda, que domina la costa. Hoy sólo quedan algunas piedras de esta torre, construida en 1830 en la colina del castillo. Una vez llegados arriba, descubrirás "simplemente" un parque florido y su cascada artificial, así como unas extraordinarias vistas al mar y a los tejados rojos del casco antiguo.

Menos cultural pero muy divertida, la mítica escapada al casino.

Un paseo por la Vieja Niza es ineludible. Entre las calles adoquinadas, descubrirás pequeñas tiendas de artesanía en una atmósfera pintoresca. Numerosos monumentos religiosos valen también la pena: la Capilla de la Misericordia, en el Cours Saleya, que data de 1740 y fue construido en honor a la Cofradía de los Penitentes Negros. Más hacia el interior, a la vuelta de una pequeña calle, se alza el actual Palacio de Justicia, que fue a partir del siglo XVII la sede de los Gobernadores y los Príncipes de Saboya de paso por la ciudad. Date una vuelta por la Vieja Niza para admirar sus iglesias y sus monumentos.Pero una de las citas míticas de la Vieja Niza es sin lugar a dudas el mercado de Cours Saleya: cada mañana (excepto los lunes, reservados a los anticuarios), esta antigua explanada se anima gracias a su mercado de fruta y verduras, así como a su famoso mercado de flores. Por último, en la esquina entre la calle de la Poissonnerie y el Cours Saleya, levanta la cabeza para admirar la Casa de Adán y Eva con bajos relieves que datan de 1584. De hecho, se trata de una de las últimas casas antiguas pintadas, antaño numerosas en el casco antiguo.

Niza está a unos kilómetros de Italia. Un tren regional une Niza y las principales ciudades de la Costa Azul en Vintimille. Ciertamente, parece que se para cada minuto, pero de todos modos ofrece bonitos panoramas de esta parte del litoral francés.

En Niza, los sentidos únicos son abundantes, añade a esto las numerosas zonas peatonales o de circulación limitada del centro histórico y habrás entendido que es mejor dejar el coche y desplazarte a pie. Además, las distancias son realmente grandes. Sin embargo, no olvides pagar el estacionamiento para evitar una multa: la policía de la Costa Azul es especialmente severa.

¡No te lo puedes perder! La ensalada nizarda, una mezcla fresca de lechuga, tomate, huevo y atún. Para saborear obligatoriamente en la terraza soleada de una cervecería, a poder ser con gafas de sol.

Lavanda, hierbas de Provenza y algunos bordados típicos. Sin embargo, cuidado con las falsificaciones para no encontrarte con "made in china".