Poitou-Charentes, en el oeste de Francia, ofrece varias especialidades culinarias. Esta región es especialmente famosa por su excelente coñac y por la «flor de sal» de la Isla de Ré. Las famosas ostras de Marennes-Oléron se cultivan aquí, así como los mejillones de Bouchot, una especie de mejillones carnosos y delicados. En la isla de Ré también hay unas patatas exquisitas, que tienen una gran cantidad de yodo porque crecen en una tierra calcárea y arenosa, gracias al mar. Otra especialidad alcohólica es el Pineau des Charentes, elaborado con vino, rosado o blanco. Los platos de la región se cuecen a fuego lento en vino. La nata y la mantequilla también se utilizan mucho.
La fauna y la flora de la región Poitou-Charentes son muy variadas. Concretamente en el espacio protegido de Marais Poitevin existen múltiples especies. Las nutrias europeas y las anguilas comunes son el emblema de esta zona pantanosa. Entre las diferentes especies de animales de la región, también se pueden citar muchas especies de aves, las tortugas de agua dulce, las cigüeñas y los bisontes. Las orquídeas salvajes se cuentan entre las plantas más hermosas de Poitou-Charentes.
En Francia, Fuerte Boyard es un lugar muy conocido, ya que allí tiene lugar, desde los años noventa, un famoso concurso televisivo. El fuerte se ha convertido en una de las atracciones turísticas más solicitadas de la región. La Cordelería Real del siglo XVII también vale la pena. Aquí se fabricaban cordajes de un cable de longitud para la marina real. El centro prehistórico El Paléosite de Saint Césaire ocupa una superficie de 2000 metros cuadrados y ofrece a sus visitantes unos descubrimientos espectaculares sobre el mundo de nuestros primeros ancestros gracias al empleo de las técnicas más modernas. Destacan el Museo regional Dupuy Mestreau y el Museo nacional de la marina.
En el zoo de Palmyre podrás admirar los animales más diversos. Será una gran experiencia para toda la familia. Si te gusta especialmente el mar y sus habitantes, te encantará el acuario de la Rochelle. En cuanto a los amantes de la historia, el centro histórico de Surgères es obligatorio, especialmente por su iglesia románica del siglo XI. La pequeña ciudad de Pons también tiene un valor histórico particular. Se han conservado elementos del siglo XII de esta ciudad construida en la Edad Media. El Futuroscope de Poitiers es un parque de ocio especializado en el cine. Las películas en 3D y otras experiencias cinematográficas entusiasmarán a los visitantes de todas las edades.
Los monumentos que hay que visitar en la zona parecen inagotables. En la única ruta de los tesoros de Saintonge podrás revivir 40 000 años de historia francesa a través de 22 prestigiosos monumentos. Se suceden edificios militares, civiles y religiosos de épocas y estilos de lo más variados como si fuese un gigantesco ecomuseo. El Fuerte Louvois en Bourcefranc-Le Chapus, el castillo de Touffou o la abadía de San Savin con sus frescos románicos y la iglesia románica de Saint Hilaire de Melle son algunos de los monumentos más famosos de la región.
Lo mejor es pasear y perderse por esta región que ofrece unos paisajes muy variados. Hasta puedes coger la bicicleta y recorrer los 2500 km de carril bici. En la costa, en Charente-Maritime, la vela también es un deporte apreciado. También puedes hacer excursiones fluviales: de Marans a Niort, puedes atravesar tres departamentos en barco a lo largo de 100 km de ríos. El golf es otro deporte que suele gustar en Poitou-Charentes.
La costa atlántica de la región Poitou-Charentes se caracteriza por el viento, las olas, las playas de arena y los árboles. Se recomienda visitar las dos islas de Oléron y Ré. El clima suave y soleado de la Isla de Ré permite recorrerla perfectamente en bicicleta.