Esta región rica en historia y en cultura posee diferentes testimonios de su pasado sumamente artístico.
Destaca el arte sagrado de la Edad Media en las abadías cistercienses de las colinas, en las pequeñas iglesias que datan de la época de la Contrarreforma situadas a lo largo de la carretera que une los Alpes Marítimos con Imperia y en las catedrales, como la de Notre-Dame de la Garde de Marsella o el Palacio de los Papas de Aviñón.
Los colores de Provenza han fascinado e inspirado a numerosos artistas, especialmente pintores. Se nos viene a la cabeza Van Gogh, que vivió 15 meses en Arlés y quien, precisamente en este período, revolucionó su pintura.
En la actualidad, Arlés cuenta con una galería que los artistas compañeros y amigos de Van Gogh construyeron en su recuerdo.
Asimismo, Cézanne escogió esta región para pintar, y su taller se encontraba en la colina de Lauves.
La flora de la región de Provenza Alpes Costa Azul es muy variada. En un entorno lleno de fragancias resinosas y esencias embriagadoras, te cruzarás con corzos, jabalíes, culebras, lagartos y otros animales, acompañado por el canto de las cigarras que te confirmarán que estás en el sur de Francia. El mejor lugar para descubrir los elementos naturales de Provenza es sin lugar a dudas el parque natural regional de Lubéron: entre la garriga, los acantilados, las gargantas y los ríos, el parque está consagrado a la preservación de la biodiversidad a través de la protección de las especies en colaboración con los 5 parques naturales regionales de la Costa Azul.
La costa, situada entre las montañas provenzales, los Alpes y el mar Mediterráneo, disfruta de un clima suave y agradable, con una vegetación de colores vivos. Las playas doradas, las rocas rojas y las aguas cristalinas completan los paisajes de la Costa Azul.
Observarás paisajes tan variados como la costa mediterránea, los acantilados calcáreos típicos entre Marsella y Cassis y la Camarga de la zona del delta del Ródano.
La región se beneficia de unas vistas impresionantes del mar Mediterráneo, y además se permite ofrecer una amplia gama de actividades deportivas y de ocio, que atraen hacia el mar tanto a los turistas como a los locales. De modo que podrás disfrutar de los deportes acuáticos, pero también de la languidez característica de Marsella.
Su gastronomía refleja el entorno natural de la región y su clima suave favorece una producción hortofrutícola que permite elaborar vinos, aceites, especias, aromas y salsas. Desde especialidades con pescado como la bullabesa de la cocina del Delfinado, pasando por los productos de montaña como la miel y la mermelada, los dulces y los pasteles, la gastronomía de esta región es una de las más diversificadas y más refinadas de Francia.
La región es perfecta para realizar múltiples actividades deportivas que te permitirán disfrutar de la naturaleza y descubrir unos paisajes magníficos.
Podrás practicar deportes de invierno en las montañas, deportes acuáticos y submarinismo en la costa, o descubrir infinitas rutas de senderismo y paseos a lo largo de las calas. Además, dispondrás de un inmenso campo de golf, que está considerado como uno de los más bonitos de Francia.