Con:
- Ocho departamentos (Alta Saboya, Saboya, Isère, Ain, Drôme, Ródano, Loira y Ardèche).
- Una superficie, demografía y economía que representan cerca de una décima parte de las francesas.
- Dos parques nacionales: el parque nacional de la Vanoise y el parque nacional de Ecrins.
- Seis parques regionales: el parque natural regional de Vercors, el parque natural regional de Pilat, el parque natural regional de la Chartreuse, el parque natural regional del Alto Jura, el parque natural regional de Bauges, el parque natural regional de Monts d'Ardèche.
- La cumbre más alta de Europa: el Mont Blanc, con sus 4808 metros.
- Tres de los cinco mayores lagos de Francia: el lago Léman, el lago de Bourget y el lago de Annecy.
- Las mayores pistas de esquí de Francia: 3 Vallées, Portes du Soleil, Paradiski...
- Las gargantas del Ardèche.
- Más de sesenta campos de golf, lo que la convierte en la segunda región en este ámbito.
- Los "bouchons", las madres lionesas y la gastronomía de la montaña.
- La segunda ciudad más turística de Francia: Lyon.
- Paisajes de alta montaña, viñedos, valles, llanuras fluviales, campos de olivos y lavanda.
¿Qué le falta a esta región tan llena de superlativos? Quizás un poco de mar...
Una única región pero con una multitud de paisajes, ambientes y actividades, por lo que se adapta a todos los gustos.
La naturaleza está omnipresente, ya sea para admirarla, pasear por ella o practicar deportes al aire libre. Los más contemplativos o los amantes de la fauna y la flora encontrarán lo que buscan en la reserva natural del Pays de Gex y de Valserine, así como en el parque nacional de Les Ecrins, el parque regional del Pilat, el parque natural de Monts d'Ardèche, el parque regional de Vercors, el parque natural de Contamines-Montjoie o el Grand parc Miribel-Jonage, uno de los mayores parques periurbanos de Europa.
El cañón de 30 kilómetros que forman las gargantas del Ardèche es un paraíso para los amantes de las sensaciones fuertes y para los que deseen practicar deportes en aguas bravas Mientras que el Mont Blanc atraerá a los amantes de la montaña, tanto en invierno como en verano.
Si buscas unas vacaciones más tranquilas y culturales, el patrimonio de la región te ofrece una gran variedad. Las cuevas de Chauvet y de Orgnac, la ciudad antigua de Alba la Romaine (con su teatro antiguo, sus antiguas residencias y su santuario), el monasterio real de Brou y la abadía de Mazan (declarada monumento histórico) son auténticas máquinas del tiempo.
El turismo urbano también incluye una oferta variada para descubrir la arquitectura y la cultura regionales, como ocurre en Grenoble, con la catedral de Nuestra Señora, la plaza Saint-Claire, el fuerte de la Bastilla, la plaza Grenette o el jardín de la ciudad; en Montélimar, con su casco antiguo, el castillo de Adhémar y su museo del turrón; o en Lyon, con su gastronomía.
Por supuesto, en invierno los turistas acuden en masa a las estaciones de esquí de Alpe d'Huez, en el dominio esquiable de Les Trois Vallés, formado por Courchevel, Méribel y Val Thorens, o en la elegante estación de Megève. Aunque el clima de los Alpes es bastante riguroso en invierno, es mejor reservar con antelación el alojamiento para poder disfrutar de las pistas nevadas.