Este pueblo orientado al Mediterráneo, que en otra época era una aldea de pescadores, forma parte de los lugares más extraordinarios de la Costa Azul. Lugar privilegiado para personas importantes, emperadores, reyes, artistas y hombres de estado, Saint-Jean Cap-Ferrat ha sabido preservar, a lo largo de los años, tanto su naturaleza como su carácter intimista. En el mismo corazón de esta naturaleza protegida se abren 14 kilómetros de senderos acondicionados así como otras tantas posibilidades de visitar Villas míticas que son auténticas leyendas en el pueblo (Villa Ephrussi de Rothschild una de las pocas que se pueden visitar, Villa Santo-Sospir completamente pintada por Cocteau) y tesoros patrimoniales como el célebre faro, el semáforo o la capilla Saint Hospice, al lado de la cual reina la majestuosa virgen de bronce de 11,40 m de altura.