Capital de Creta hasta 1971, y una de los cuatro departamentos de la isla junto con Heraklion, Aghios Nikolaos y Rethymon, Chania se encuentra en la costa noroeste de la isla. Con 52.000 habitantes, la ciudad está comunicada por un aeropuerto internacional. Su encanto característico de la época veneciana, ilustrado por las murallas de la ciudad, también está impregnado de colores orientales heredados de la dominación turca. La mezquita del puerto y los minaretes dan fe de ello. Los alrededores aún se conservan salvajes, casi inexplorados, sobre todo al oeste, lo cual no suele ocurrir en Creta... y los lugares históricos son tan numerosos como en el resto de la isla. La colina del profeta Elías es uno de los lugares más visitados incluso por los propios cretenses: aquí reposan los restos de Eleftherios Venizelos, hombre clave de la autonomía y de la anexión de Creta a Grecia en 1903. A destacar: se recomienda alquilar un coche debido a la gran cantidad de lugares visitables. También es imprescindible disponer de un mapa de carreteras (actualizado) y de dinero en metálico, ya que las estaciones de servicio no siempre aceptan las tarjetas de crédito. Está prohibido exportar antigüedades u obras de arte.
Muchos hoteles ofrecen excursiones a través de sus respectivas oficinas de turismo. Para los más deportistas, es obligada la subida a las magníficas gargantas de Samaria, los recorridos por los senderos costeros o hacia las Montañas blancas más al sur, o incluso el descubrimiento de los fondos marinos. Para los enamorados del arte bizantino, la región es rica en lugares marcados por Oriente (Kiriakoselia, Alikampos, Episkopi). También hay numerosos monasterios para descubrir (Agia Triada, Katoliko, Moni Gouverneto, etc.) así como los yacimientos arqueológicos (Falassarna). Por último, el extremo oeste de la isla posee sin duda la playa más bella de todas: Elafonissi.
Desde la visita de los vestigios del palacio de Knossos a las ruinas minoicas de Festos, pasando por el palacio de Malia, los amantes de la historia no se quedarán a la zaga. También se puede visitar el célebre museo arqueológico de Heraklion, que abarca toda la civilización minoica, o descubrir Fodele, el pueblo donde se dice que nació el pintor Domenikos Theotokopoulos, más conocido por el nombre de El Greco (1541-1614).
Si se viaja en pleno verano, bastará con llevar ropa ligera, de tipo algodón.
Se debe evitar llamar al extranjero desde la habitación del hotel, ya que la factura puede picar bastante. Es preferible utilizar tarjetas telefónicas, hay cabinas por todas partes.
En la zona abundan los restaurantes. Se pueden encontrar platos típicamente cretenses: gyros, ensaladas griegas, sluvakia, musaka...
En los mercados se pueden encontrar productos de alimentación, hierbas aromáticas, aceite de oliva, queso cretense... En las tiendas se venden discos de música local. El raki es también toda una institución... pruébalo y llévate una botella para los amigos.