La quinta isla más grande del Mediterráneo, y la más grande del archipiélago griego, puede presumir de ser un destino que goza de una gran popularidad turística. Esto es motivo de orgullo para sus habitantes, quienes muestran un muy fuerte apego por su tierra, mimada por la naturaleza, tan bella como generosa. Dotada de hermosas playas soleadas y calas de carácter salvaje, paisajes de belleza rocosa y austera en los que pueden apreciarse una rica vegetación de tipo seco, y extensas áreas dedicadas a la agricultura en las que se cultivan productos de alta calidad, especialmente olivos y cítricos, la naturaleza ha sido realmente generosa con esta isla.
Lejos de las carreteras principales, sus sitios antiguos y en particular sus palacios, conforman un patrimonio inestimable dejado por la civilización minoica, sus encantadores y pintorescos pueblos coronados por iglesias ortodoxas o monasterios encaramados en las montañas, son un motivo de peso por el que merece la pena conocer este lugar. Durante tu viaje podrás descubrir la autenticidad de este destino al mismo tiempo que disfrutas de la dulzura de la vida mediterránea.
En los últimos treinta años, el turismo en Creta ha experimentado un fuerte desarrollo. Si bien en los años setenta el destino todavía estaba dirigido a un puñado de privilegiados, la llegada del turismo de masas ha hecho estallar el mercado. La oferta de los turoperadores está adaptada y segmentada, y las estancias en resorts hoteleros en régimen de todo incluido se combinan con los self-tours y otras opciones realizables tanto si viajas solo, en pareja o con tu familia.Las instalaciones hoteleras son en general de buena calidad y la oferta es suficientemente variada para todos los presupuestos. Esta concentración turística se extendía principalmente a lo largo de la costa norte de la isla, desde Chania, la segunda mayor urbe de Creta situada en el noroeste de la isla, hasta Agios Nikolaos en el este, entre las diversas localidades turísticas situadas a pie de playa. Cada de estos pueblos ha sabido explorar un carácter que los diferencia de los demás: Rethymnon es más romántico y cultural, Heraklion más práctico gracias a su proximidad al aeropuerto y a sus yacimientos arqueológicos (Knossos entre otros), Hersonissos se ha convertido en un punto de referencia para los viajeros más fiesteros y mientras que Agios Nikolaos destaca por su silueta chic, especialmente en el la zona de Elounda.
La temporada alta en Creta está bien definida, si bien es cierto que en los últimos años ha terminado por terminar un poco antes que de costumbre. Los hoteles por norma general abren de mayo a finales de octubre, especialmente los que son comercializados junto a vuelos chárter, compañías regulares y de bajo coste que operan esta ruta únicamente en temporada de verano. No obstante, otros establecimientos hoteleros permanecen abiertos durante todo el año. Los mejores momentos del año para visitar Creta son la primavera y el otoño. En estas estaciones, las temperaturas son más suaves y el clima más agradable. Por otro lado, aunque el verano sea el momento en el que más visitantes se concentran en la isla, julio puede ser un mes particularmente sofocante, siendo la segunda mitad de agosto más suave para los viajeros, ya que la costa sur suele beneficiarse de los vientos de Libia.
Encontrarás productos de fabricación artesanal como tejidos, bordados, objetos de madera esculpida y joyas. Puedes comprar aceite de oliva sabroso y a buen precio, así como una botella de uzo, el aperitivo local. Las tiendas están abiertas de 08:30 a 15:00 los lunes, miércoles y sábados, y de 08:30 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 los martes, jueves y viernes.
La cocina griega, muy influenciada por el dominio turco, se prepara esencialmente con aceite. Entre los platos más conocidos encontrarás por supuesto la ensalada griega de tomate, pepino, aceitunas y queso feta, así como la famosa musaka (pastel de carne picada con berenjenas y bechamel). Las dolmades (hojas de vid rellenas) se encuentran por todas partes. Las suvlakis (brochetas de carne) están riquísimas y no son caras. Las pitas, pequeñas tortas de pan griego hechas de carne, tomates y salsa, también son muy asequibles. En cambio, el pescado es bastante escaso y, por ello, bastante caro...
Para los griegos, las fiestas de Pascua son más importantes que las de Navidad y se preparan grandes preparativos, festividades diversas y banquetes. Las pascua ortodoxa griega no coincide con la católica; la fiesta es muy secundada y todas las tiendas cierran, al igual que los museos.
A pesar del desarrollo turístico excesivo, ciertos habitantes, sobre todo en el interior, aún mantienen su hospitalidad legendaria. Se mostrarán acogedores y generosos si te tomas la molestia de conocerlos y de hablar algunas palabras en griego.
Los días transcurren según el ritmo mediterráneo. La mañana concluye con el almuerzo entre las 13:00 y las 15:00. A continuación viene la siesta. La actividad prosigue a partir de las 17:00 hasta las 20:00, cuando comienzan los paseos y las charlas en la terraza de los cafés. Se cena en torno a las 22:00.
Si sólo puedes ir durante el mes de julio o de agosto, reserva al menos con seis meses de antelación; si no, no tendrás posibilidad alguna de encontrar un billete ni una habitación de hotel.
Después de la visita a los monumentos, te recomendamos la costa sur que es más tranquila, y los barrios populares de las ciudades. Esto te permitirá conocer a cretenses simpáticos en lugar de turistas españoles, alemanes o ingleses...