La costa sur de Creta es seguramente el lugar más auténtico de toda la isla. Lugar de espacio y escenarios naturales, está poco castigada por los estragos del turismo de masa. Desiertos durante mucho tiempo, los alrededores de lerapetra aún poseen numerosos pueblos auténticos. Aquí el clima recuerda mucho al de África, al otro lado del mar de Libia. Aunque lerapetra es la mayor ciudad de la costa sur, suele despertar muy poco interés. No hay que dedicarle mucho tiempo, y es preferible el entorno natural por encima de la ciudad.
La mayoría de los hoteles de Ierapetra ofrecen excursiones en barco a la isla de Chrissi. Esta última, también bautizada como "la isla de los asnos" o incluso "la isla de oro", está situada a unos 15 km al sur de lerapetra. La isla está deshabitada durante el año, pero se llena al llegar el periodo estival. Los amantes de la tranquilidad preferirán las playas desiertas que se suceden a lo largo de la carretera en dirección a Sitia.
Desde la visita de los vestigios del palacio de Knossos a las ruinas minoicas de Festos, pasando por el palacio de Malia, los amantes de la historia no se quedarán a la zaga. También se puede visitar el célebre museo arqueológico de Heraklion, que abarca toda la civilización minoica, o descubrir Fodele, el pueblo donde se dice que nació el pintor Domenikos Theotokopoulos, más conocido bajo el nombre de El Greco (1541-1614).
Si se viaja en pleno verano, bastará con llevar ropa ligera, de tipo algodón.
Se debe evitar llamar al extranjero desde la habitación del hotel, ya que la factura puede picar bastante. Es preferible utilizar tarjetas telefónicas, hay cabinas por todas partes.
En la zona abundan los restaurantes. Se pueden encontrar platos típicamente cretenses: gyros, ensaladas griegas, sluvakia, musaka...
En los mercados se pueden encontrar productos de alimentación, hierbas aromáticas, aceite de oliva, queso cretense... En las tiendas se venden discos de música local. El raki es también toda una institución... pruébalo y llévate una botella para los amigos.