El magnífico pueblo de Lindos, situado en la costa este de la isla de Rodas, a poco menos de 50 km de la capital, merece que nos perdamos entre sus pequeñas callejuelas. Rodeados por un número impensable de comercios de todo tipo, nos encontramos en un decorado típico de las islas griegas. Los vendedores de recuerdos, los bares y restaurantes (¡y el olor a crepes dulces!) se suceden unos tras otros en los pequeños edificios encalados. El pueblo está dominado por una magnífica acrópolis que incluye una ciudadela medieval, así como un templo clásico. Sin embargo, deberás armarte de paciencia para llegar, ya que el camino tiene mucha pendiente y muchísimos escalones. Sin embargo, al final del trayecto descubrirás un espléndido paisaje a más de cien metros de altura. Los menos valientes también podrán llegar a buen puerto gracias a una atracción local: la subida a lomos de un asno.