Sitia

Al este, Creta se vuelve más salvaje. Castigada por el sol, la naturaleza está más seca, pero esconde riquezas naturales e históricas. Situada en la puerta de oriente, Sitia es un puerto pesquero de 7.000 habitantes. Sus casas blancas se escalonan desde la colina hasta el mar. La suavidad de su clima, los paseos sombreados, los cafés y tabernas a lo largo del puerto, una playa de arena gris y guijarros la convierten en un agradable lugar de veraneo. Se puede visitar la antigua fortaleza veneciana de Kazarma, el Museo folclórico y el Museo arqueológico. Al oeste de Sitia, la carretera que lleva a Aghios Nikolaos se cruza con pequeñas carreteras poco transitadas que descienden hasta el mar. Es la ocasión perfecta para descubrir pueblecitos, como Mohlos, aún preservados del turismo galopante de la costa norte. Sitia sólo está a 30 km de la costa sur y una muy buena carretera une la ciudad con el mar de Libia. Adentrarse en el interior por las pequeñas carreteras apartadas o pistas permite encontrarse con pueblecitos maravillosos donde viven los cretenses de las montañas. La carretera que sale por el este de la ciudad bordea la bahía de Sitia hasta Toplou. Este viejo monasterio del siglo XIII, con aspecto de fortaleza, alberga una iglesia y un museo que cuenta con algunos bellos iconos antiguos. Las ruinas minoicas de Zakros constituyen el centro de interés cultural más importante de la región. A proximidad, se puede hacer un recorrido por el valle de los Muertos, especialmente agradable en primavera, que es cuando florecen los laureles salvajes. La región de Sitia cuenta con numerosas cuevas, interesantes desde el punto de vista geológico y a menudo arqueológico. Por último, el litoral alberga magníficas playas, entre las más bellas de la isla (Ambelos, Kuremenos y la mítica playa de Vai, conocida por su gran palmeral).

Alrededor de Sitia hay que visitar toda la región, el monasterio de Toplou y el palmeral de Vai.

Entre los lugares naturales por descubrir están las gargantas de Samaria y las de Imbros, la meseta de Lassithi (con la visita de Aghios Nikolaos y de la fortaleza de Spinalonga), la planicie de Messara (pueblos típicos y palacio de Festos). Tendrás ocasión de pasar una parte del día en un pueblo cretense y asistir a una velada que incluye fiesta y una cena tradicional. La excursión más solicitada sigue siendo la visita a Knossos, el primer palacio minoico y el único reconstruido. Morada del rey Minos, se presupone que albergó el laberinto donde se encerró al Minotauro. A esta visita le sigue otra para descubrir el prestigioso museo arqueológico de Heraklion. Otra etapa cultural, el paseo por las ciudades de Hania (Chania) y Rethymnon, emparejada o no con la visita del célebre monasterio de Arkadi. También se organizan excursiones más deportivas: safari en 4x4, submarinismo o recorrido en kayak. Por último, en cuanto a las excursiones largas, se puede ir hasta Santorini, la más famosa de las islas Cícladas griegas.

Si se viaja en pleno verano, bastará con llevar ropa ligera, de tipo algodón.

Se debe evitar llamar al extranjero desde la habitación del hotel, ya que la factura puede picar bastante. Es preferible utilizar tarjetas telefónicas, hay cabinas por todas partes.

En la zona abundan los restaurantes. Se pueden encontrar platos típicamente cretenses: gyros, ensaladas griegas, sluvakia, musaka...

En los mercados se pueden encontrar productos de alimentación, hierbas aromáticas, aceite de oliva, queso cretense... En las tiendas se venden discos de música local. El raki es también toda una institución... pruébalo y llévate una botella para los amigos.