Los viajes a África se parecen más a una expedición que a una estancia tranquila, aunque evidentemente, existen algunas excepciones. La aventura está a la espera donde quiera que se vaya, sea al Magreb o a Sudáfrica. En cuanto a la mitad norte del continente, el desierto del Sahara es responsable del perfume de aventura que impregna la región. Es el desierto más grande del mundo, extiende sus dunas desde el oeste hasta el este del continente, atravesando una docena de países entre los cuales se encuentran Argelia, Malí, Níger y Sudán. Pero poco importa el país, una excursión por el Sahara, en todoterreno o montado en un camello, dejará al turista atónito frente a esta superficie infinita de arena. Y será sin duda uno de los momentos claves de su viaje por el continente africano.
Es extraño que esta inmensa zona árida acoja uno de los ríos más importantes del mundo: el Nilo. Atravesando Egipto de sur a norte para desembocar en el mar Mediterráneo, es un río muy preciado para los cruceros, en los cuales se pueden ir viendo numerosos monumentos. Además de la ciudad del Cairo y su conocida plaza de la Liberación, embarcar sobre el Nilo permite navegar hacia las famosas pirámides de Guiza, situadas al sur de la capital. Este complejo funerario les devuelve la vida a los faraones que dominaron en una época Egipto y que ahora descansan en esos lugares. Antes de acabar el crucero en la presa de Asuán, el templo de Luxor y sus estatuas monumentales forman parte de otras de las visitas ineludibles del curso del Nilo.
Para salir de los paisajes desérticos, la mitad del Continente Negro propone dos decorados principales: el bosque primario o la sabana. El primer decorado lleva al visitante del continente africano a nivel del Ecuador, al centro de países como Gabón o Congo, los cuales cuentan con un clima cálido y húmedo. El año meteorológico se divide entre una estación seca y una estación lluviosa. El cambio de la una a la otra permite el crecimiento de una vegetación abundante en la que reina una fauna muy variada.
La ironía consiste en que, para poder ver al "rey de la selva", hay que visitar la sabana, que se encuentra sobre todo en la parte oriental del continente. Porque el león y los demás grandes felinos de África viven en las estepas en compañía de los elefantes y las gacelas. Para observarlos, lo ideal es el safari, en Kenia o en Tanzania, país donde se eleva también el famoso Kilimanjaro y sus cimas nevadas. También se encuentran en la frontera entre estos dos estados los Grandes Lagos de África, como el lago Victoria, que muestran la apertura progresiva del rift africano.
Además de todo esto, las personas a las que les guste el baño están de suerte si viajan a África porque numerosas playas les esperan por todo el continente. El mar Mediterráneo bordea los litorales de Marruecos y Túnez y la costa de Senegal da hacia el océano Atlántico. Y si eso no basta, las islas africanas del océano Índico (Madagascar, Comoras, Seychelles) ofrecen una tercera alternativa para arrullarse bajo una sombrilla. Sin olvidar Sharm el-Sheij, la estación balnearia a orillas del mar Rojo conocida mundialmente.
Finalmente, África parece un continente donde la naturaleza domina sobre el mundo urbano, aunque haya algunas ciudades importantes como Marrakech, Casablanca y Túnez, que atraen a numerosos curiosos a viajar hasta el Magreb. En cuanto a las demás metrópolis, se puede mencionar Lagos (Nigeria) como segunda ciudad más poblada de África. Aunque los turistas le confieren sin duda más importancia a las ciudades de Sudáfrica, como Johannesburgo, Ciudad del Cabo, Puerto Elizabeth o Durban y su Golden Mile, un verdadero paraíso para los surfistas.