La costa caribeña nos remite a imágenes idílicas de playas paradisíacas con cocoteros y arena blanca hasta donde la vista alcanza, pero Honduras es mucho más, y explorar el interior significa sumergirse en selvas tropicales donde existen saltos de agua tan impresionantes como la cascada de Pulhapanzak.
Las aguas del océano Pacífico bañan Honduras en el golfo de Fonseca, donde se encuentra la pequeña pero encantadora isla de Tigre. En la larga y extensa costa caribeña, se encuentran las lagunas de Caratasca y multitud de playas idílicas, aunque no conviene olvidar la belleza de los cayos Cochinos y las islas de la Bahía.
A pesar de no contar con una fauna tan variada y diversa como otros países vecinos, la visita a la reserva del Río Plátano permite al turista disfrutar de un paseo fluvial donde poder observar a todos los diferentes animales y plantas que componen el ecosistema local.
Próximas a la frontera con Guatemala, se encuentran las ruinas mayas de Copán, que nos transportan a la época de esplendor de esta civilización precolombina y nos permiten observar como fue su desarrollo en Honduras, a través de los dieciséis reyes del Copán.