Colonia británica cedida a China en 1997, Hong Kong permanece una ciudad bien a parte en el país más habitado del mundo. Su energía y sus paisajes urbanos de una parte y otra de Victoria Harbor son los atractivos de una isla que esconde muchos otros tesoros. Una perla de Asia que los viajeros resumen demasiado a una escala. Dedicarle un tiempo, os va a sorprender.
Hong Kong es un territorio de tamaño como La Martinica, transformado en un centro financiero y comercial mundial. Este logro se puede ver en el paisaje de la antigua colonia británica donde cohabitan hoy en día los rascacielos de Asia trepidante del siglo 21 y el encanto curioso típico de los antiguos territorios de la corona británica.
A su vuelta en el regazo de la república popular China el 1 de julio de 1997, esta colmena urbana en constante expansión tanto vertical como horizontal ha guardado sus atractivos, su magnetismo y queda totalmente al margen de la inmensa China. Su silueta marcada por una multitud de rascacielos, la ciudad concentrada en la isla de Hong Kong siempre está despierta.
Densidad de despachos, de comercios, de neones, de turistas de coches y de barcos: Hong Kong es el lugar internacional de las compras y de la economía.
Cosmopolita, esquizofrénica, merece un viaje para ella sola pero también se puede aprovechar a la hora de una escala hacia otro destino asiático. Una parada vertiginosa pero acogedora que os sorprenderá y seducirá.
Pese a que es la península de Kowloon la que conoce el crecimiento más alto, la isla Victoria siempre será el corazón de Hong Kong. De una parte y otra de Victoria Harbor, la antigua colonia ofrece paisajes urbanos verticales de los más bonitos del mundo.
Con más de 30 000 habitantes por kilómetro cuadrado, algunos barrios de Kowloon como Mong Kok forman parte de los más habitados del mundo. Hoy en día, la península es sobretodo residencial mientras que la isla se queda como centro político y económico. Los barrios de Central y de Wan Chai, originalmente colonias británicas hace más de 150 años, aún son los centros de la ciudad.
A parte del puerto súper urbanizado, podemos conocer el Hong Kong en su esencia. Una dimensión muy poco conocida y curiosa que sabrá seducir a los viajeros que tomen el tiempo de visitarlo. Y no hace falta irse tan lejos, la parte Sur de la isla Victoria ofrece bonitos paisajes tropicales. Lugar favorito de los hongkoneses, une playas, parques de atracciones, rutas deportivas y lugares para pasearse.
Si te escapas a las islas Lamma, Po Toi, Cheung Chau o Peng Chau que forman parte de los territorios denominados como nuevos, es totalmente otro paisaje. Aquí, la actividad se limita a la pesca y a un ambiente tradicional y perdura en una decoración de islas tropicales. Otra cara oculta de Hong Kong.
Un viaje a Hong Kong también puede ser la ocasión para visitar a su vecina, Macao a 1 hora de ferry. La única antigua colonia portuguesa en Asia, ofrece algo totalmente distinto. Justo al lado pero también con mucha más influencia china, Cantón, es aún otro rincón desconocido. Es otra de las razones para ir aHong Kong y comenzar un periplo de aventuras. Ya veréis, una semana os va a parecer cortísima.
Literalmente tienes mucho donde elegir. Hong Kong cuenta con numerosos, grandes y lujosos centros comerciales como el Pacific Place (barrio de Admiralty) o Time Square (barrio de Causeway Bay) en los que rebosan un sinfín de tiendas elegantes y con buen precio, al igual que infinidad de grandes almacenes. La relojería es, desde hace décadas, una de las producciones locales más importantes que encontrarás en abundancia en los barrios de la península de Kowloon, como Mongkok. El sector de Tsimshatsui, muy cerca, cuenta con gran cantidad de tiendas de productos electrónicos. Para las antigüedades hay que visitar el interesante sector de Hollywood Road en la isla de Hong Kong. Para comprar cosméticos a precios tirados, visita las tiendas de la cadena Sa Sa. Los comercios abren todos los días, desde por la mañana hasta por la noche, salvo durante el Año Nuevo chino.
Con 40.000 restaurantes, Hong Kong se enorgullece, y con razón, de su fama de paraíso gastronómico. Todas las cocinas del mundo están representadas (italiana, francesa, japonesa, mexicana, etc), pero evidentemente la ciudad destaca por las delicias de las cocinas chinas (cantonesa, shanghainesa, pequinesa y sichuanesa). No te pierdas los dim sum, esos suculentos bocaditos al vapor de carne o verduras y que se sirven en cestas de bambú. Los proponen gran cantidad de restaurantes (sólo por la mañana y a mediodía). Lo mismo ocurre con todas las variedades de tallarines chinos que se preparan a diario. Se recomiendan especialmente los mariscos y pescados (que a diario los traen los pescadores y se mantiene vivos hasta su preparación para conservar la frescura). Entre nuestros preferidos encontramos los huevos de mil años (cocidos en cal); los pescados al vapor; el pato crujiente a la sichuanesa y pollo mendigo que se cuece durante largas horas en un caparazón de arcilla
Buena parte de los chinos son supersticiosos, así que no te extrañes, en los barrios muy chinos como Mongkok, del éxito que tienen los puestos de adivinos (fortune tellers) ni del respeto que se muestra a los maestros de fengshui, geomancia. La expresión fengshui significa literalmente "el viento y el agua" y designa de forma más general el dominio de las fuerzas elementales de la naturaleza.
En Hong Kong casi nada, incluso en los negocios, se decide sin acudir a la geomancia. No te rías de esta práctica ya que los chinos le dan mucha importancia.
En caso de ser invitado a casa de un particular, lo habitual es llegar con un pequeño regalo. En la mesa no toques nunca los alimentos con la mano que para eso sirven los palillos.
No te extrañes del alto volumen sonoro procedente de las conversaciones en el restaurante ya que es costumbre en China hacer todo tipo de ruidos para manifestar el placer de comer.
En caso de desacuerdo con un local, evita enfadarte, alzar la voz y desprestigiarlo. No toques la cabeza de un niño (la parte más "noble" del cuerpo). Salvo en los mercados, no es costumbre regatear los precios.
Para tomar contacto con la ciudad al principio del viaje o para descansar después de unos días de visita, subiros en diferentes líneas de esos extraños tranvías de dos pisos. Los asientos de arriba adelante, permiten una vista panorámica de la ciudad. Circulan en Hong Kong desde 1904 tanto de día como de noche.
Para sentir la verdadera identidad china de Hong Kong, perderos en las calles increíblemente coloridas de la península de Kowloon, principalmente entre las estaciones de metro Mongkok y Jordan. Descubrimos la actividad de Hong Kong en lo que es cotidiano para los residentes.
Para entender esa pasión por el juego de los chinos, debéis pasar una noche a las carreras del hipódromo de Happy Valley: un ambiente increíble garantizado.
Para los planes nocturnos, dos barrios imprescindibles, ambos situados en la isla de Hong Kong, Wanchal y Lan Kwai Fong. Es aquí donde la juventud hongkonesa tanto como los extranjeros se juntan para irse de fiesta.
Para una vista inigualable de Hong Kong, un lugar mágico sobrepasa a todo el resto: Victoria Peak. Es la atracción turística más grande de Hong Kong pero de verdad merece el desvío. Y como para los paseos en tranvía, lo mejor es ir al final del día para poder disfrutar las vistas tanto de día como de noche.