El Desert Islands, abierto en octubre de 2007, está ubicado frente a un lago, muy bonito, sobre todo durante la puesta del sol cuando los flamencos rosas se posan en él. Los diferentes edificios de la estructura tienen un máximo de tres plantas. Unas torres construidas a imagen de las antiguas torres de viento aportan dinamismo a la longitud. En cada lado del edificio principal hay 3 villas que albergan la magnífica recepción de techos altos, los restaurantes, la mayoría de zonas comunes y las habitaciones. Por todas partes encontramos grandes vajillas que adornan las diferentes zonas. La decoración ofrece bonitas sorpresas en muchos espacios, incluso los pasillos están decorados con madera, terciopelo o cuero. Tanto en el exterior como en el interior, la vegetación es agradable; con el tiempo llegará a su máximo esplendor. A los recién llegados se les acoge con una bebida de bienvenida bajo una moderna jaima blanca. Los distintos canapés nos dan una idea del gran confort del lugar. En cada planta los visitantes podrán aprovechar de una sala lounge espaciosa y cómoda. En el edificio principal, al lado del restaurante, se encuentra la bonita biblioteca en la que podremos leer apaciblemente y cuya decoración está inspirada en Sudáfrica, como por ejemplo las telas con conchas cosidas encima. En el exterior descubrimos una gran piscina lago muy bonita con desbordamiento, rodeada de un gran espacio muy tranquilo con algunas palmeras, tumbonas de rafia sintética, sombrillas de tela, etc. Al lado se encuentra el bar instalado sobre tablas de madera en el que se propone una selección de whiskies, Shisa y una lista de puros. El lugar es de los más apacibles, ya sea a la sombra o al sol, con grandes sofás.
Un poco alejado se encuentra el club para los adolescentes que propone películas según demanda, PlayStation, la Wii, varios juegos, pantalla de plasma, etc. Un lugar para reunirse y divertirse con toda tranquilidad. El club infantil se ocupa también de los más pequeños que se lo pasarán en grande en la bonita zona de juegos con su casa y su tobogán.
Un edificio construido en horizontal frente al mar alberga el gimnasio.
En uno de los extremos, aislado, se encuentra el Safaa Spa que se divide en 5 grandes salas de tratamientos, dos de ellas para las parejas. Todo el personal es de origen tailandés, así como todos los tratamientos que en él se proponen. El lugar está pensado meticulosamente con baldosas de pasta de vidrio en las duchas, grandes ventanales para admirar el mar en frente, jacuzzis en el exterior para las parejas, etc. También es posible pedir un masaje en su habitación o junto a la piscina.
Una tienda propone souvenirs y productos de primera necesidad.