


El pequeño pueblo-hotel Son Llorenç está situado en Alqueria Blanca, en la costa sudeste de Mallorca. El hotel propone un ambiente típicamente mallorquín de ocio y descanso.
- Descanso
- Encanto
El pequeño pueblo-hotel Son Llorenç está situado en Alqueria Blanca, en la costa sudeste de Mallorca. El hotel propone un ambiente típicamente mallorquín de ocio y descanso.
El hotel Son Llorenç está situado en una calle tranquila en el centro del pueblo de Alqueria Blanca. A pesar de la gran afluencia turística de la isla, este lugar de origen árabe ha podido conservar su carácter rural. En los alrededores inmediatos del hotel se extiende el imponente Parque Natural Mondragó con sus bonitas bahías. A pocos kilómetros también se pueden encontrar playas así como el campo de golf Vall D'Or. El paisaje de los alrededores es perfecto para pasear, hacer senderismo o excursiones en bicicleta gracias al gran número de itinerarios señalizados.
El hotel es un establecimiento rural, una casa de estilo mallorquín acondicionada en un estilo personal y familiar con un bonito patio decorado con fuentes, mesas y tumbonas. Esta casa de ambiente muy auténtico dispone de 6 habitaciones dobles y 2 suites. Hay un salón biblioteca que propone literatura clásica y recreativa así como obras sobre Mallorca y una colección de música clásica para escuchar con el calor del fuego de la chimenea. En el vestíbulo de entrada se encuentra la recepción así como la caja fuerte del hotel, una sala de juegos, un bar, un restaurante y acceso a Internet. Otros servicios propuestos son lavandería y alquiler de bicicletas. Esta casa rural se encuentra en medio de un bonito jardín de 150 m2.
El hotel Son llorenç dispone de un total de 8 habitaciones, la mayoría de ellas sin balcón. Cuenta con varias categorías: habitaciones dobles, suites y suites júnior. Cada habitación tiene su propio nombre que subraya su particularidad, todas son distintas. Las suites júnior y las suites disponen de bañera hidromasaje y las suites además tienen su propia terraza. Las habitaciones son muy cómodas pero bastante pequeñas. La limpieza y el estado general están muy bien.
La sala del desayuno se encuentra en una sala abovedada aunque también es posible comer en el patio o en la habitación. Las mesas están muy bien servidas, con música clásica como fondo sonoro. El desayuno se compone de bocadillos a base de pan mallorquín y aceite de oliva, queso o jamón, galletas y fruta. Los clientes pueden servirse a su gusto gracias al bufé. El hotel también organiza el almuerzo o la cena con un catering de calidad.
El necesario contar con un vehículo de alquiler ya que no hay gran cosa a parte de un distribuidor automático, una panadería, un supermercado y tres restaurantes. Por otro lado, es gracias a este alejamiento que el hotel goza de una agradable calma. La costa este de la isla ha quedado a salvo del turismo de masas, perfecta para los amantes de la playa así como para aquellos que simplemente quieran gozar del paisaje y de la gastronomía.
baño turco