Los 25 bungalows de palisandro, decorados con buen gusto, están repartidos en primera línea de playa y unidos entre sí por pasarelas de madera. Todos compuestos por dos pisos: en la planta baja una gran cama con mosquitera, una zona de estar y otra para desayunar. La terraza incluye una hamaca, dos tumbonas y una mesa pequeña. La persona encargada de dar masajes lleva consigo la camilla para que te tumbes en ella. Los masajes son particularmente agradables. Dispones de vistas al océano y al magnífico entorno del lugar. En la segunda planta dos camas separadas. Dispone asimismo de cunas con mosquiteras. Incluyen minibar, teléfono interno y climatización regulable. Los baños son espaciosos, con una gran bañera, productos de baño y secador de pelo. El inodoro está separado. Hay servicio de habitaciones durante el día y la tarde.

El hotel, construido en 1999, cuenta con un servicio de alta calidad, digno de su clasificación Relais et Châteaux. La recepción se encuentra en un gran chalé (con acceso a Internet y teléfono vía Internet), donde también están el restaurante y el bar. A la salida del chalé podemos encontrar los bungalows de palisandro y los jardines adornados de palmeras, la piscina, el solárium y la playa. La originalidad del hotel reside en el jardín "El Oasis", creado por Camille Muller, conocido paisajista parisino, que ha sabido reunir con una estética peculiar todas las variedades vegetales de Madagascar. Plantas acuáticas, papiros, helechos arborescentes, plantas trepadoras y diferentes tipos de palmeras actúan como refugio de una gran diversidad de aves: colibrí, martín pescador malaquita, foudis de Madagascar o incluso el drongo. Este jardín es un lugar lleno de vida y completamente único, que transmite sensación de frescor durante las horas más calurosas del día gracias a su red de vaporizadores.

El restaurante está situado en el chalé principal. Dispone de una terraza de palisandro orientada hacia el jardín, la piscina y el mar. Las mesas están bien presentadas, aunque esperábamos más de la decoración y, sobre todo, de la comida que, si bien era sabrosa, carecía de variedad para ser un Relais et Châteaux. La carta de vinos incluye caldos sudafricanos, malgaches, franceses y australianos. El restaurante ofrece asimismo diferentes variedades de café, cócteles y puros. El bar está abierto durante todo el día y hasta tarde por la noche.

La playa del hotel es aceptable. Cuenta con tumbonas pero hay que esperar a que suba la marea para bañarse sin tener que esquivar rocas dentro del agua. La playa de la Marina, en cambio, es mucho más agradable y está situada a tan sólo 900 m. Esta playa nos permite asimismo practicar deportes acuáticos, como por ejemplo: submarinismo, buceo, pesca de altura y de arrastre, windsurf, kayak, esquí acuático, wakeboard y navegación en catamarán.

Este hotel dispone del sello de calidad de Relais et Châteaux desde el año 2003.
El Anjajavy permite disfrutar de todas las ventajas de la región de Anjajavy, descubrir desde sus calas hasta sus tsingys y baobabs, pasando por sus playas y su reserva (consultar la ficha de descripción del lugar Anjajavy). En Anjajavy se puede disfrutar de una hora más de sol que en Madagascar debido a la diferencia horaria. El hotel dispone de asistencia médica y de personal para ocuparse de niños de todas las edades. Se aceptan tarjetas de crédito (todas menos Mastercard), euros y cheques de viaje. El hotel cierra en febrero.