Con 54 habitaciones, el Henriette puede presumir de estar a la misma altura de los grandes hoteles: su tranquilidad es más que notoria, especialmente en una ciudad tan trepidante como Berlín. Un remanso de paz que ofrece dos tipos de alojamiento: 32 habitaciones clásicas o 22 miniapartamentos con cocina integrada. La distribución es diferente en cada una de ellas, pero predomina la misma decoración: clásica y, por desgracia, mucho menos elegante que en las zonas comunes. Hay parqué en la entrada, moqueta en el resto de la habitación, mobiliario de madera oscura, sillones en tejidos azules, cuadros contemporáneos... Muy distinta de la elegante decoración del vestíbulo. Con respecto a las prestaciones, no falta ninguna: teléfono, armario con puerta corredera, caja fuerte, plancha pantalones, minibar, bandeja para preparar té/café y climatización. El cuarto de baño incluye un dosificador de jabón, secador de pelo y bañera o ducha. Cabe destacar que algunas de las estancias comunicantes pueden transformarse en suites, elegantemente llamadas "apartamento familiar".