Si quieres alojarte en el Sofitel, te recomendamos que reserves con antelación. El establecimiento solamente dispone de 70 habitaciones divididas en tres categorías, clásica, superior y luxury, así como 22 suites júnior, premium u ópera. Como sucede en la mayoría de edificios antiguos, todas las habitaciones son diferentes en cuestión de tamaño y distribución, aunque el diseño no varía mucho, es elegante y contemporáneo. Destacamos la mezcla de materiales lujosos clásicos, como el mármol, y modernos, como la madera. Una combinación poco común que en este lugar está muy lograda, tanto en las habitaciones como en los cuartos de baño. Todo lleva el sello Sofitel, como la famosa cama Mybed, con sobrecolchón, o sus ilustres socios, Hermes, que proporcionan los productos de aseo de lujo. Se está estudiando la posibilidad de introducir un menú de almohadas. En cuanto a las prestaciones, hay de todo, climatización individual, radio despertador, minibar, caja fuerte, etc., excepto televisión de pantalla de plasma. La pantalla actual que se encuentra escondida en un cubo de cristal no ha envejecido muy bien. 12 de las habitaciones tienen balcón, un auténtico lujo en la capital alemana.