El hotel cuenta con 327 habitaciones, repartidas entre 281 habitaciones estándar de 50 m², seis habitaciones familiares de 52 m², 36 apartamentos familiares de 56 m², dos suites senior de 76 m² y dos suites familiares de 110 m². Las habitaciones estándar disponen de cuarto de baño con bañera, ducha y secador de pelo, televisión, una caja fuerte individual gratuita, aire acondicionado regulable, minibar, y teléfono directo para conferencias internacionales. En el mobiliario, sencillo pero confortable, se imponen el mimbre y las colgaduras azules. Todas las habitaciones cuentan con una terraza, en la planta baja, o un gran balcón, en los pisos superiores. Todas están orientadas al mar. El servicio de habitaciones funciona hasta medianoche.

El hotel, construido en 1991, fue renovado a finales de 1999. Su estructura consta de varios pabellones con tejados cubiertos de paja, y edificios de dos plantas en los que se encuentran las habitaciones. Todo ello en medio de un parque de 50 hectáreas, en un ambiente lleno de exotismo. El Shandrani (cuyo nombre significa "Diosa de la luna" en hindi) cuenta con dos piscinas de 400 m² y 200 m², respectivamente. Están rodeadas por numerosas tumbonas. La arquitectura del vestíbulo está abierta a los espacios de ocio, y sus materiales naturales (madera, piedra y mimbre) invitan a la relajación y al esparcimiento.

Hay cuatro restaurantes. El Grand Port, el restaurante principal (con capacidad para 450 comensales) abre para el desayuno (bufé) y la cena. También ofrece bufés temáticos. La variedad de platos es amplia, aunque lamentablemente el servicio tarda un poco cuando el restaurante está lleno. Existen además otras alternativas. El Sirius, situado junto a la piscina, funciona durante las horas del desayuno, el almuerzo y la cena. Ofrece una carta internacional, así como menús del día. Asimismo, también encontramos un restaurante de cocina mediterránea. Finalmente, el Boucanier está especializado en pescado y marisco. Ten en cuenta que en todos los restaurantes las bebidas se cargan aparte.

El hotel cuenta con tres kilómetros de playa, que abarcan la "bahía protegida" al norte, que se extiende por un área de 300 m de largo por 30 m de ancho. La arena no es especialmente fina, y el desnivel es suave. En este lugar, el agua puede estar turbia, debido a la presencia del manglar. En el sur, la "Cambuse", se extiende a lo largo de un kilómetro: está relativamente expuesta al viento, y el desnivel en el agua es acusado. No obstante, la belleza de esta playa salvaje bien merece la pena acercarse a ella. Al este, una playa de arena fina bordea los diferentes edificios destinados a alojamiento. Dispone de todos los equipamientos necesarios, especialmente alrededor de la "bahía protegida". También podemos practicar de manera gratuita esquí acuático, buceo en apnea (material proporcionado), vela y windsurf, u optar por los kayaks, los hidropedales, o las canoas. Hay que prever un suplemento para el buceo con botellas, la pesca de altura y el catamarán.

El Shandrani es un hotel familiar que ofrece gran cantidad de deportes y actividades. En cuanto a las instalaciones, dispone de un inmenso recinto. Uno puede aislarse si lo desea; sin embargo, no hay que tener miedo a caminar un poco desde la habitación hasta las zonas comunes. En cuanto a playas, por otro lado, el hotel pone a nuestro alcance una gran variedad de ellas, aunque de calidad irregular.