El restaurante, sin embargo, no está a la altura de un 5 estrellas. Para empezar, está en una sala enorme sin luz exterior, ni vistas ni terraza. Además, la distribución de las mesas, alineadas como si fuera la cantina de una empresa, es muy sencilla. Por último, la comida que hay en el bufet es digna de un 3 estrellas, como máximo. Tan sólo la decoración roja y blanca y la distribución del bufet son remarcables. El bufet, con forma redonda y colores vivos, incluye una gran variedad de platos, aunque la calidad de éstos es mediocre y no hay finezas. A la hora del desayuno no hay zumo de naranja fresco, el café es normal y la bollería, que parece chicle, está recubierta de crema o chocolate. Sin embargo, si te gusta desayunar salado, encontrarás una amplia selección de embutidos, quesos y tortillas.
En definitiva: si te gusta la buena comida, no te alojes en régimen de media pensión en este hotel.
El hotel cuenta con dos restaurantes más: un japonés (bastante caro, pero con buen sushi), en un ambiente agradable y chic; ese mismo restaurante, además, ofrece desde este año tapas (jamón, pimientos marinados, etc.). En el pasado había un restaurante gastronómico, que ha sido reemplazado por el casino.