Gonzalo González Beneytez
Jefe de sección
Abierto desde 1973, el Dom Pedro Garajau no es un hotel lo que se dice reciente. Además, nadie nos ha sabido decir cuándo se llevaron a cabo las últimas reformas. Se agradecería una mano de pintura. Este establecimiento, que pertenece a la cadena de hoteles Dom Pedro desde 1985, tiene un personal muy amable. La clientela es principalmente inglesa y alemana.
Dom Pedro Garajau - © Igor Lubinetsky / EASYVOYAGE
Dom Pedro Garajau - © Igor Lubinetsky / EASYVOYAGE
El hotel se encuentra en Garajau, un pueblo situado a 5 km de Funchal. Calcula unos 10 min de trayecto. El aeropuerto está a un cuarto de hora aproximadamente. Si no lo encuentras, busca el hotel Riu, está justo al lado.
Las 282 habitaciones se reparten en tres plantas en los pequeños edificios que se extienden a lo largo de todo el terreno del hotel. Cada habitación dispone de un pequeño balcón equipado con dos sillas y una mesa. La decoración interior es muy sencilla, pero el conjunto está muy bien cuidado. El embaldosado blanco no perdona ningún rastro de suciedad. Las vistas del mar son agradables y despejadas. Hay un agradable saloncito enfrente de la cama, pero las cortinas de flores deberían cambiarse. El cuarto de baño no es muy grande, pero aún así tiene bañera. Los equipamientos son los básicos, sin tener en cuenta que no hay minibar ni servicio de habitaciones.
El Dom Pedro Garajau es difícil no verlo ya que se encuentra a pie de carretera. En el interior, los tonos crema de la recepción son agradables, pero no son nada originales. El lugar es tranquilo y la luz tenue contribuye a la plenitud del establecimiento. Justo enfrente de los diferentes salones se encuentra la piscina interior del hotel. A su alrededor se encuentran las tumbonas de plástico. Desde aquí, se contemplan unas hermosas vistas al mar gracias a las grandes cristaleras. En el exterior, la segunda piscina es mucho más pequeña y parece que está abandonada. Hay que ir al otro lado del hotel para llegar a la tercera piscina, donde al menos la decoración es más agradable, sobre todo gracias al pequeño puente de madera que la sobrepasa. La música del bar acompasa los baños de algunos clientes instalados en las tumbonas (de plástico también) alrededor de la piscina.
El Dom Pedro Garajau solo tiene un restaurante, el Tropical, que ofrece unas hermosas vistas al mar y al jardín. La sala está completamente pintada de rosa y se divide en dos espacios de restauración, sin contar la terraza que merecería ser más grande. Todas las comidas se sirven en forma de bufé, pero no es demasiado grande. La cocina es bastante internacional. Cada noche, las comidas son de una temática diferente. Los alimentos son frescos y sabrosos, pero el establecimiento es ruidoso y no tiene mucha luz.
Justo enfrente del hotel hay comercios. Disfruta de tu estancia en Caniço y visita la Ponta do Garajau, una estatua que domina el océano.
Si quieres salir a descubrir la isla, hay una estación de autobuses cerca del hotel.
Y una playa a 2 km, en la que te podrás bañar, pero extender la toalla ya será más complicado... Se trata de una playa de rocas.
EPA, baño turco
tenis, volley, golf, tiro al arco, bádminton, water-polo
Anonyme.
très déçue donner des chambres non rénovées et de surcroît le matin au levé çà sent mauvais dans la salle de bains pas top alors que début novembre pas grand monde et on aurait pu avoir des chambres rénovées. le buffet du soir pas terrible aucunes variétés et surtout des choux de bruxelles tous les soirs présents sous toutes ces formes. Personnels très gentils et serviable à l'accueil aussi. Wifi que dans les parties communes mais çà on peut s'en passer.
très biens situé à 10 mn en bus de Funchal 15mn de l'aéroport et bon point de départ pour visiter en voiture
piscine intérieure soi disant chauffée mais non. et pas du tout insonorisé on a l'impression d'être plusieurs dans la chambre
Anonyme.
les chambres devrais avoir un coup de neuf piscine et jardin tres sympa
piscine et exterieur
chambres situation par rapport plage
Anonyme.
bien placé. mais chambres petite, petit déjeuner pauvre. 3 piscines
prix vraiment pas cher
Chambre petite. petit dejeuner pas fameux. piscines intérieures et exterieures non chauffées
Anonyme.
Hôtel bien situé, personnel accueillant et serviable.Bon rapport qualité prix.Je vous le recommande ainsi que le petit restaurant "Chez Nelson" situé juste en face.
La vue, l'espace de la chambre, la propreté, le choix au buffet du petit déjeuner, très bonne literie, les pisines...
les horaires du petits déjeuners, si vous partez très tôt en visite, il n'est pas possible de déjeuner avant 7h30!La télévision dans la chambre n'est pas de dernière génération.
Anonyme.
France : neige, froid, stress, gros retard... L'hôtel, malgré notre arrivée à 2h du matin, nous attendait, le personnel (multilingue) a été adorable, nous aidant pour tout. La chambre, meublée comme dans les années 60, a son charme désuet : on y trouve des petits savons et shampoing frappés du sceau de l'hotel, la petite papeterie dans le tiroir, un bidet... Le balcon donne sur la baie préservée. Calme, douceur, simplicité... j'y retournerai !
- La vue - A l'écart des circuits touristiques - Proche de tout services et commerces - Calme - Personnel adorable et serviable - Piscine intérieure et extérieur - Réception toujours ouverte
- Peut-être qu'un petit coup de jeune serait appréciable... mais le désuet cadre volontiers avec cette île - Cloisons un peu fines
Anonyme.
Le Dom Pedro Garajau est Un hôtel sympa ,bien situé pour visiter l'ile ,un arrêt de bus en face pour aller a Funchal, , il comprend 3 piscines dont une intérieur chauffée ce qui est bien pratique quand le temps est maussade ,si si ça arrive.Les serviettes sont changés tous les jours ,les seul petit pb il n'y a pas de coin cuisine ,ce sont uniquement des chambres ,et le petit déjeuner est très basique ,avec un café imbuvable ,n oublier pas votre café soluble.
le personnel de la réception est très sympathique ,et parle parfaitement le Français ,aucun problèmes pour obtenir quoi que ce soit et les excursions y sont moins chères ,il y a un tabac et une supérette en face qui vend des fruits exotique délicieux
Il y a 9 restaurants dans cette rue ,du Gastronomique ,au plus basique,dont un a éviter absolument L ESPADA NA PEDRA NELSON PLACE ,en face de l'arrêt de bus ,a cote de la boutique de souvenir, a fuir impérativement !!! Bouffe immangeable et chère
Ubicada en la pequeña localidad de Caniço, la Quinta Splendida tiene el encanto de una posada portuguesa, adonde resulta grato imaginarse de vacaciones. Su jardín botánico alberga una verdadera joyita de 30.000m2 con más de 1.000 especies de plantas, algunas endémicas. A cada parte del hotel se le dedicó un cuidado y una atención particular. La Quinta Splendida seducirá a todos los que anden buscando la calma, el reposo. En una palabra, un rincón de paraíso en el Jardín del Atlántico.
Los amantes del deporte encontrarán aquí, en Caniço, a unos kilómetros del centro de Funchal, un hotel de predilección. Entre sala de fitness, squash, muro de escalada y centro de submarinismo no les quedará tiempo para aburrirse. Sin embargo, las habitaciones son simples, sin pretensión ni gran refinamiento.
Abierto en 1988 y renovado en 2006, el Roca Mar es un establecimiento construido junto al mar, pegado a las rocas, de ahí su nombre. No cuenta con muchas instalaciones, aunque los clientes podrán acceder sin problemas al hotel de al lado, el Royal Orchid. Su punto fuerte es un inmenso gimnasio equipado con una cantidad impresionante de aparatos. Los aficionados a los gimnasios estarán encantados. Resulta difícil venir con niños muy pequeños, ya que las zonas comunes, que bajan escalonadamente hacia el mar, pueden resultar peligrosas para los más pequeños.
El Four Views Oasis, abierto desde 1993, vive días tranquilos al borde del océano Atlántico. Aquí no se viene a utilizar las instalaciones deportivas ni a participar en las animaciones a lo largo del día. En este hotel, la palabra clave es descanso. Los clientes del hotel utilizan la piscina y después suelen salir a visitar la isla de Madeira. Los ingleses y los alemanes son mayoritarios. Como indica su nombre, el establecimiento pertenece a la cadena de hoteles Four Views que posee varios hoteles en Madeira.
Ubicada en la pequeña localidad de Caniço, la Quinta Splendida tiene el encanto de una posada portuguesa, adonde resulta grato imaginarse de vacaciones. Su jardín botánico alberga una verdadera joyita de 30.000m2 con más de 1.000 especies de plantas, algunas endémicas. A cada parte del hotel se le dedicó un cuidado y una atención particular. La Quinta Splendida seducirá a todos los que anden buscando la calma, el reposo. En una palabra, un rincón de paraíso en el Jardín del Atlántico.
Los amantes del deporte encontrarán aquí, en Caniço, a unos kilómetros del centro de Funchal, un hotel de predilección. Entre sala de fitness, squash, muro de escalada y centro de submarinismo no les quedará tiempo para aburrirse. Sin embargo, las habitaciones son simples, sin pretensión ni gran refinamiento.
El Four Views Oasis, abierto desde 1993, vive días tranquilos al borde del océano Atlántico. Aquí no se viene a utilizar las instalaciones deportivas ni a participar en las animaciones a lo largo del día. En este hotel, la palabra clave es descanso. Los clientes del hotel utilizan la piscina y después suelen salir a visitar la isla de Madeira. Los ingleses y los alemanes son mayoritarios. Como indica su nombre, el establecimiento pertenece a la cadena de hoteles Four Views que posee varios hoteles en Madeira.
Abierto en 1988 y renovado en 2006, el Roca Mar es un establecimiento construido junto al mar, pegado a las rocas, de ahí su nombre. No cuenta con muchas instalaciones, aunque los clientes podrán acceder sin problemas al hotel de al lado, el Royal Orchid. Su punto fuerte es un inmenso gimnasio equipado con una cantidad impresionante de aparatos. Los aficionados a los gimnasios estarán encantados. Resulta difícil venir con niños muy pequeños, ya que las zonas comunes, que bajan escalonadamente hacia el mar, pueden resultar peligrosas para los más pequeños.