El Li Cuncheddi abrió sus puertas en 1981 y se renovó en 2000. Se trata de un establecimiento fuera de lo común, un lugar que no se olvida fácilmente y que se disfruta recordando. Principalmente, por su estilo particularmente original y único: sus ovejas de peluche que parecen reales y que están por todas partes, desde el vestíbulo hasta en los pasillos o en las habitaciones. ¡Hay muchísimas! Te será difícil no verlas y no caer rendido ante su encanto. Este detalle aporta un toque de alegría y de buen humor al lugar y a la estancia. Y es que son detalles que no cuesta nada poner y que dan mucho efecto. A algunos clientes les gustan tanto que antes de irse dudan en si llevarse una o no dentro de la maleta. Claro, claro. Pero, ¿cómo conseguir que no se note? Las ovejas son enormes. Y de hecho, ni siquiera se venden, así que dejemos el tema. El Li Cuncheddi tiene muchos otros detalles que le conceden su encanto. Todo su universo es atractivo. Un establecimiento de tamaño razonable que se beneficia de una situación excepcional frente a la bahía de Olbia. Destacamos su arquitectura de estilo provenzal, la grande y bonita piscina exterior que domina el mar, la playa justo abajo y la tranquilidad del lugar. Hace bueno, brilla el sol, ¿qué más se puede pedir? En el interior el ambiente es diferente. Los tonos son más fríos, blanco y azul para la decoración elegante y contemporánea del bar del vestíbulo compuesto de mosaicos creados por Bisazza, un artista italiano. El piano bar es agradable, igual que la terraza con espectaculares vistas del mar, dos de los lugares ideales para instalarse una vez cae la noche para pasar una velada bajo las estrellas. Y es que por suerte, en el Li Cuncheddi no hace falta contar ovejas para dormirse.