Las 271 habitaciones son amplias y cómodas. Además de dos sofás verdes y de un gran escritorio con estantes, disponen de una caja de seguridad, minibar y TV con numerosos canales internacionales. Sobre la mesita de noche, las enseñanzas de Buda acompañan al Nuevo Testamento (en inglés y ¡en tailandés!). Todas las noches se preparan las camas con una botella de agua y zapatillas al lado. Es preferible pedir una habitación con vistas al Mae Kok, verdaderamente espléndido. La suite reservada para las lunas de miel cuenta con una cama con dosel y TV de plasma. El cuarto de baño separado del dormitorio por una puerta corredera ofrece bañera y ducha independientes. Hay numerosos productos de belleza a tu disposición. No obstante, la conexión a Internet es de pago.

Entre una exuberante vegetación, el edificio piramidal y moderno del Dusit Island Resort destaca a primera vista. Tras franquear la entrada, nos encontramos en un recibidor amplio dotado de una importante altura y de estatuas. El estilo local y depurado es seductor. En cuanto a las actividades realizadas en el exterior, el hotel ofrece una sala de fitness y una cancha de tenis. Como no, hay una piscina con bar integrado y tenis de mesa. Recomendamos aprovechar un buen masaje en cuanto llegues, sobre todo si bajas del avión. Por unos 700 bahts tienes derecho a un masaje de 90 minutos. No obstante, no dudes en mencionar la intensidad del tratamiento deseado, ya que puede ser vigoroso. Hay lanzaderas al centro de la ciudad o al aeropuerto a cambio de un suplemento. Y un embarcadero junto al restaurante que constituye el punto de salida para dar un paseo hacia la aldea de los elefantes.

En el décimo piso, el restaurante internacional domina la región y el río Mae Kok. Ahí se cena a la luz de las velas en un ambiente tamizado y con una carta de vinos variada. Los amantes de la cocina china pueden elegir el Dim Sum del segundo restaurante, abierto de 11:30 a 14:30 h y de 18:30 a 22:00 h. Para quienes deseen comer ligero, recomendamos el Island Cafe, que abre todo el día, o el bar de la piscina. El desayuno se sirve en el Island Café. El buffet es correcto pero el zumo decepcionante. No es un zumo natural, lo que sorprende en un país productor de suculentas frutas, especialmente en el caso de la piña.

Las toallas se recogen junto a la piscina y a la sala de fitness y es obligatorio devolverlas antes de volver a la habitación.