Las habitaciones del hotel ocupan pequeños bungalows situados en medio de un jardín. Hay un total de 78 alojamientos rodeados de jardines y pequeños arroyos artificiales que recuerdan la presencia del río no muy lejano.

Disponibles únicamente en versión doble (con una cama doble o dos individuales), todas las habitaciones tienen la misma decoración: mobiliario de madera y líneas sencillas en el cuarto de baño. El conjunto está bien logrado. Nos ha gustado especialmente la gran ducha que hay en el cuarto de baño, las orquídeas y la madera pulida, aunque deberían haber prestado atención a cada detalle para ofrecer una atmósfera realmente lujosa. El resultado son estancias muy acogedoras, aunque parezcan ser más chic de lo que son en realidad.

La pequeña terraza con mecedora y una mesa de café es realmente encantadora y supone, además, la única zona para fumadores de toda la habitación. Sin embargo, la proximidad entre bungalows es mucho menos agradable, por lo que se impone una intimidad no deseada con los vecinos.

La única "habitación villa" incluye su propia piscina privada (jacuzzi) y tiene vistas al río.

Este hotel, en harmonía con la arquitectura lanna tailandesa de la región (que imita a la perfección con sus puntas y techos inclinados), se articula en diferentes espacios abiertos que dan al jardín y a los pequeños arroyos que desembocan en el río Mae Kok. Este establecimiento regentado por dos suizos es relativamente reciente (abrió sus puertas en 2004).

Llegarás directamente al patio exterior del hotel, que resulta muy agradable gracias a su fuente y las antiguas bicicletas tuk-tuk que hay aparcadas en un lado. La recepción está a unos pasos de allí, en una zona que se abre totalmente al jardín, que domina la orilla del río, la piscina y el restaurante. Estos últimos están situados en la orilla del Mae Kok, por lo que ofrecen una atmósfera natural, muy tranquila y apacible. Desde un pequeño pontón podrás realizar alguna de las excursiones en barco por el río.

El restaurante principal (el único del complejo) abre de 6:00 de la mañana hasta medianoche. Está ubicado bajo un edificio coronado por un tejado de estilo lanna, en harmonía con el resto de la arquitectura. Tiene capacidad para 100 comensales. Abierto y con vistas al río, en el restaurante cada mañana se sirve un desayuno bufé que incluye muchas especialidades internacionales (casi todos los clientes son europeos).

El cliente puede escoger, tanto para la comida como para la cena, bufé o carta; básicamente hay platos tailandeses e internacionales.

El hotel alberga un pequeño spa en su interior donde te podrán dar un masaje tailandés tradicional o un tratamiento de belleza. Además, cuenta con unas magníficas vistas al río desde sus cabinas completamente abiertas al Mae Kok.