Si vienes recorriendo el Paseo de la Victoria ya sea andando o en coche, veras el AC Córdoba Palacio de lejos. De hecho, para darle una indicación a los turistas que lo estén buscando, los cordobeses dicen: ¡se trata de una torre oxidada! Sin duda su estructura o segunda piel de acero corten sorprende. Creada por los arquitectos Alfonso Caseres y Justo Isasi, dio mucho de que hablar cuando se inauguro el hotel en mayo del 2008. Al principio era bien clarita y poco a poco, con el paso del tiempo y la lluvia fue cambiando de color hasta adquirir su tonalidad actual, rojiza y en permanente evolución. Detrás de esta piel, se esconde un establecimiento de categoría repartido sobre siete plantas. El amplio vestíbulo luce piso de parquet negro y grandes ventanales. Detrás del mostrador de recepción, un cubículo transparente alberga un mini-jardín japonés Zen con unos cactus y unas piedritas. Frente a el, unos sillones de cuero negro con formas design, confortables, amueblan el espacio. Para facilitar el acceso de los huéspedes a la red, se implemento una zona wifi cerca de la entrada con un ordenador. Aquellos que necesitasen imprimir documentos podrán hacerlo en la recepción. Para descubrir uno de los puntos fuertes del AC Córdoba Palacio deberás subir hasta la séptima planta. Allí sobre un deck de madera trona una gran piscina rodeada de tumbonas negras de diseño, abierta entre las 11h y las 20h. Tendrás la impresión de encontrarte sobre el puente de un barco. Bajando unos escalones, se llega a una zona equipada de mesitas desde la que se ve toda la ciudad, por supuesto a través del famoso revestimiento de acero corten. Los deportistas aprovecharan de la pequeña sala de fitness con sus cuatro maquinas a disposición todo el día en el subsuelo. Junto a ella, una sala se convierte en peluquería bajo petición, generalmente los días de bodas, para peinar a los novios. Finalmente, debido a su importante clientela de negocios, el hotel cuenta con 9 salas de reuniones y aparcamiento dotado de 105 plazas (de pago).