El Mareblue Aeolos Beach debe su nombre al dios del viento homónimo. Colgado en una colina, disfruta de unas hermosas vistas al mar. Una vez allí, se descubre un vestíbulo muy moderno con mobiliario a juego. La recepción se encuentra a la izquierda de la entrada, tras un pequeño mostrador de mármol. Sin embargo, el lugar es bastante oscuro a pesar de las grandes cristaleras. Lo que explica que uno se sienta atraído muy rápidamente por la luz del pequeño patio en el centro de la sala, así como por la terraza exterior del bar. Aquí la vista del mar es magnífica.
El hotel dispone de dos piscinas: la primera para las familias situada justo al lado del restaurante principal y la segunda, con desbordamiento para los adultos, en lo alto de la colina. Esta última es mucho más agradable que su vecina, un simple rectángulo de agua sin nada de especial. En cambio, estemos en la piscina que estemos, el solárium de ambas parece muy pequeño en relación al número de clientes. Es difícil imaginarse que haya sitio para todo el mundo.