


El Melezin abrió sus puertas en 1956 y de esa época solamente conserva lo mejor, el parqué de las zonas comunes, el resto ha sido totalmente renovado con el tiempo y en la actualidad ofrece un aspecto contemporáneo clásico. A pesar del número limitado de habitaciones, el Melezin no escatima en gastos y ofrece multitud de equipamientos a sus clientes. Además de un bar y un restaurante, el establecimiento acoge un spa, una biblioteca, un salón y un lujoso local de esquí.
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