El Piwnice Regenta, literalmente la bodega del Regent, es un pequeño y encantador restaurante completamente abovedado, color verde y crema, en el que los huéspedes toman el desayuno, el almuerzo y la cena. Entre las dos salas destinadas a las mesas, existe un pequeño y cómodo espacio que hace las veces de cafetería, aunque por desgracia le falta un poco de intimidad. El lugar también sirve de bar entre horas. Algunos cojines sirven de decoración en cada estancia. A probar: manjares de diferentes partes del mundo y la cocina polaca tradicional. La inevitable luz artificial resulta deplorable.