


El Blue Wind, una pequeña posada con tan solo ocho habitaciones, es un rincón hippie en el que los amantes del kitesurf encontrarán todo lo necesario para gestionar su material deportivo sin complicaciones. Todo ello gracias a su propietario, Mario, un gran aficionado y un windsurfista veterano que terminó convirtiéndose al kitesurf. Además, la escuela se fundó antes que la pensión, a la que está adosada, de modo que podrás realizar cursos o alquilar el material necesario para practicar este deporte. No esperes encontrar demasiado lujo: el Blue Wind tiene prácticamente prohibidos el aire acondicionado y la televisión, y las ventanas no tienes cristales... pero así se puede escuchar el sonido de las olas. Está claro que sobre gustos no hay nada escrito, pero el estilo de esta posada, austero a la vez que logrado, nos ha gustado. Sus balcones de madera, sus hamacas y sus colores alegres, dan a un jardín que recuerda a las vacaciones que se pasan entre amigos, en las que todo el mundo se siente como en casa. Los espaguetis rigurosamente "al dente", el pescado fresco que llega de manos de los pescadores y el buen café italiano seducirán tu paladar.
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