Las 72 habitaciones del Eco Paradise ocupan dos edificios paralelos de color rojo y unidos por pasarelas. Los dos establecimientos son alargados, situados perpendicularmente a la playa, por lo que ninguna de las habitaciones está frente al océano. Todas tienen las mismas dimensiones (bastante amplias) y su organización es idéntica: tanto el salón, con un sofá cama, una mesa, sillas, un frigorífico y un televisor, como el dormitorio son bastante espaciosos. La diferencia básica entre las habitaciones de categoría estándar y las de categoría superior son las vistas. En las habitaciones de categoría estándar, el horizonte está parcialmente oculto tras un pequeño muro debajo del cual pasa una estrecha carretera; mientras que las de categoría superior dan al jardín, que por otro lado es bastante pequeño. Su estilo, más cuidado en el caso de las habitaciones de categoría superior, nos gusta (a pesar de sus quince años, claramente visibles) ya que los materiales empleados son sólidos y consistentes, aunque lejos de ser elegantes o de diseño: mejor una mesa de madera maciza que de contrachapado. También nos gusta la decoración, que cambia ligeramente entre una habitación y otra, con estrellas de mar en las paredes, lámparas en la mesilla de noche que reflejan el contorno de imágenes de peces, cortinas cuyos tejidos recuerdan a los toldos y cuadros de artistas locales; todo ello creando un conjunto suave y delicado. Sin embargo, en las habitaciones estándar no nos gusta la mesa de plástico del salón ni tampoco la nevera, demasiado vieja. No hay aire acondicionado, solo los ventiladores refrescan las noches de Cumbuco, donde, por otro lado, siempre sopla el viento.