Home sweet home: las villas son tan agradables que no te apetecerá salir de ellas. Cada vivienda es una auténtica casa rural típica omaní de 247 m², con piedra vista, piscina desbordante y una decoración tradicional. En primer lugar, quítate la arena de los pies con un barreño de agua dulce, después llama al timbre y límpiate los pies en el felpudo en forma de erizo. Bienvenido a tu humilde morada. Hay 11 categorías diferentes, algunas con vistas directas a la playa, otras con una cabina de masajes, pero todas tienen las facilidades más modernas en un entorno típicamente omaní. Televisión vía satélite con una gran pantalla plana que, entre otras, retransmite la cadena Euronews (¿pero has venido al Six Senses Zighi Bay para ver la televisión?), caja fuerte con código digital gratuita lo bastante amplia para almacenar un ordenador portátil, un mueble para dejar las maletas, pañuelos, botellas de agua, climatización regulable y un ventilador de techo, frigorífico minibar con facilidades para hacer té y café, bodega, una linterna, un paraguas y acceso gratuito a Internet. No falta nada. ¡Hasta hay una cámara de fotos Kodak acuática y una crema solar Nivea en un cajón!
Cuando llegues, te estarán esperando unos pistachos, piñones, cacahuetes, baklava y otros dátiles deliciosos, dispuestos en la mesa baja de madera del salón, que también tiene un ajedrez. Por la noche, cuando estés cómodamente tumbado en tu cama king size, un silencio absoluto te sumergirá directamente en un sueño profundo. La atención a los detalles está presente hasta en el colgador de las toallas, en forma de khanjar, el tradicional puñal omaní de plata (igual que la llave de la habitación).
El cuarto de baño no está realmente separado, sino que está insertado en el extremo de la villa. Tienes a tu disposición una inmensa bañera de hidromasaje, una gran ducha separada con teléfono tropical (y otro flexible), una ducha exterior bajo las estrellas (el lujo absoluto...), albornoces quimono, un par de zapatillas, un secador de pelo profesional oculto en la cesta del armario y numerosos y variados productos de aseo. Los wc sí que están separados, y están equipados con teléfono.
La guinda del pastel (en este caso del baklava) es la piscina desbordante en la que te podrás iniciar en el submarinismo, rodeada de un pequeño jardín y una gran terraza equipada con unas cómodas tumbonas provistas de colchonetas. Tienes a tu disposición un servicio de mayordomo, que te puede organizar una barbacoa. Y por último, comentarte que tienes dos bicicletas a tu disposición a la entrada de cada villa.