El Address Downtown se inauguró en 2008 y es uno de los cinco hoteles de la misma cadena situados en Dubái. Se trata de un establecimiento de 5 estrellas construido por la gran sociedad inmobiliaria Emaar; en el momento de su inauguración, era el quinto más alto de la ciudad, y hoy ocupa la décimo primera posición. El Address incluye el bar Neos, un espacio espectacular y muy en boga, en especial debido a sus excelentes vistas de la ciudad, sobre todo durante la puesta de sol. La atmósfera es más bien acogedora y relajada, aunque la prostitución no se esconde y los principales clientes, curiosamente, proceden de los Emiratos. El hotel prefiere no hacer publicidad al respecto y no se trata de algo que vaya a arruinar tu velada, pero es mejor que estés sobre aviso... Además, esta tendencia la comparten otros bares de Dubái, así que no se trata de algo exclusivo del Address Downtown.
A pesar de todo, el servicio no siempre está a la altura, lo que resulta decepcionante en un hotel de esta categoría, ya que puede transmitir cierta frialdad. El trato es impersonal, algo perfecto para los clientes que buscan tranquilidad. Durante nuestra estancia, la habitación aún no estaba preparada pasada la hora de entrada (a las 18:00 h), con lo que está claro que no estuvimos satisfechos. Faltaban tazas de café, no había ningún producto de aseo, los vasos estaban sucios... De todas formas, tras nuestra llamada, el director se disculpó brevemente y mandó al personal de limpieza para que ordenara la habitación.
Asimismo, tuvimos que esperar bastante tiempo para que nos atendieran en uno de los pocos mostradores de recepción del vestíbulo de entrada (el establecimiento dispone solamente de cinco). ¡La estancia empezaba mal!
Una tarjeta-llave te permite utilizar los ascensores, pero ten cuidado, porque se desactiva con facilidad... Para evitar recorrer kilómetros de pasillos antes de llegar a tu habitación y darte cuenta entonces de que la llave no funciona, intenta no dejarla al lado de tu teléfono móvil, o pide que te la reactiven en recepción antes de iniciar tu largo periplo (aunque quizás el personal te obsequiará con algún que otro suspiro).