Gonzalo González Beneytez
Jefe de sección
Este "Small Luxury of the World" es un pequeño hotel repleto de encanto y muy bien ubicado en una zona bastante tranquila del centro de la ciudad. Sus habitaciones románticas y muy cómodas, el agradable trato, los deliciosos platos, su amable conserje y su distinguido bar de copas hacen de este hotel un establecimiento para compartir en pareja.
Brooks Hotel - © Alexis Bidegain/Easypresse
Brooks Hotel - © Alexis Bidegain/Easypresse
El Brooks está situado en una callejuela por la que resulta difícil circular (es de sentido único). En D2, el hotel está muy cerca de Grafton Street, del Trinity College, el Temple Bar y el Castillo de Dublín. El aeropuerto internacional de Dublín se encuentra a unos 10 km, 35 minutos en coche, o más dependiendo del tráfico.
El hotel cuenta con 98 habitaciones, 40 de las cuales son estándar, 46 "deluxe", 4 "ejecutivas", 2 suites junior y una presidencial. La diferencia con las dos primeras categorías radica en el tamaño y en la tranquilidad (las segundas dan a los tejados, por lo que son más tranquilas, aunque no tienen vistas). Las estándares tienen vistas a la calle. Las habitaciones cuentan con TV con pantalla de plasma (con 14 canales), doble acristalamiento (que no siempre es suficiente), servicio para té y café, caja fuerte electrónica, climatización individual, teléfono, plancha y tabla de planchar. Los cuartos de baño disponen de bañera, espejo de aumento, lavabo integrado en un mueble de granito negro, espejo (en tríptico), albornoces (bajo demanda), báscula (en las habitaciones superiores), secador de pelo y buenos productos de aseo de la marca "The White Compagny". Las habitaciones "deluxe", funcionales, son especialmente agradables. Disponen de moqueta y parqué, camas muy cómodas (en tonos rojo, crema y verde claro), cabecero de cama de madera, lámparas de lectura, radio de estilo retro (Robert's) y una decoración concebida especialmente para el viajero de negocios. Las demás habitaciones, más románticas, son nuestras preferidas. Bonitas y coquetas, cuentan con unos bonitos sofás de terciopelo, un gran espejo con marco de madera pintada, cabecero de cama de tejido, etc. Las paredes están decoradas con bonitos estampados vegetales. Los maniquíes de madera también le dan un toque muy particular a las habitaciones. También dispones de una carta de almohadas. El servicio de habitaciones funciona las 24 horas.
Este modesto hotel, inaugurado en 1997, está ubicado en un edificio de 6 pisos, construido en los años 20 y al que, en el año 2007, se le construyó un anexo. No se aprecia la separación entre los dos edificios. La entrada es muy agradable, en tonos verde, crema y marrón. La recepción, con su mostrador rodeado por bonitos paneles de madera, tampoco te decepcionará. Las tres zonas comunes abiertas, y situadas casi todas ellas en la planta baja, están distribuidas dentro de una gran sala alargada y decorada con paneles de madera, bonitos apliques murales y excelentes sofás de cuero y de terciopelo en el bar. El propietario ha cuidado mucho la decoración. En el sótano hay una sala sin ventanas que sirve de salón. A ella se accede con la tarjeta de la habitación. Este salón privado te permitirá relajarte cómodamente en los cómodos sofás, donde también podrás leer alguno de los libros que encontrarás en la biblioteca. También aquí predominan los paneles de madera clara. En el pequeño centro de negocios, encontrarás dos ordenadores con los que podrás navegar por Internet. Al lado, hay una diminuta sala de fitness con tres aparatos y una sauna. A los diferentes pisos se accede gracias a dos ascensores. También cuentan con un servicio de conserjería.
El delicioso desayuno se sirve de 7:00 a 10:00 h entre semana y de 8:00 a 11:30 los fines de semana. Te puedes servir en el buffet y pedir platos a la carta. No dejes de probar los deliciosos copos de avena a la Brooks con un chorrito de whisky. El plato tradicional, sin alcohol, es de los más apreciables. Una vez terminado el desayuno, y debido a la falta de espacio, la sala se transforma nuevamente en café. Allí podrás comer (de 11:00 a 17:30 h). Los platos que sirven son muy ligeros (diferentes tipos de sándwiches). También encontrarás en la carta cócteles (con o sin alcohol), tés o tés de media tarde. Entre las 18:00 y las 22:00 h alguien toca el piano. El pequeño restaurante "Francesca's" (en honor a la madre del propietario) se encuentra justo al lado del café. Sirve, en unos bonitos platos, gastronomía tradicional irlandesa, cuidada y deliciosa. El Stew se elabora con carne ecológica y siempre se indica la procedencia de la carne.
El bar del establecimiento forma parte de los "Great Whisky Bar of the World". La degustación de este divino brebaje cuesta 35 euros por persona. El menú de degustación está formado por cinco whiskies, todo ello acompañado por el mejor de los camareros. La carta es magnífica y para cada whisky se da una breve explicación sobre sus orígenes, la forma de elaboración, los sabores que se pueden apreciar, etc.
Aparcar es un auténtico quebradero de cabeza en la capital. Además, resulta imposible estacionar el coche delante del hotel, por lo que podrás pedirle al aparcacoches que deje tu vehículo en un aparcamiento cercano. Tienen una tarifa reducida para los clientes del hotel.
La conexión wifi y los ordenadores son gratuitos.
Hay que advertir que, debido a su situación céntrica y al interés que demuestran por él los clientes, el hotel suele estar a rebosar los fines de semana.
salón de belleza, sauna, puesta en forma, EPA, baño turco
tenis, gimnasia, fitness, deportes
Anonyme.
Hotel qui mérite ses 4 étoiles par l'accueil du personnel (très compétent, souriant et toujours près à rendre service) et par son style général. Chambres jolies, confortables et propres. Un bémol pour le rideau de douche et la proximité de l'ascenseur pour la chambre qui nous était allouée. Très bon petit déjeuner. Bien situé. A retenir pour un week end détente à Dublin.
A coté du quartier animé de Temple Bar. Chambres confortables Qualité de l'accueil
Certaines chambres mal isolées donc on entend les bruits du couloir et de l'ascenseur
Bien situado para visitar la ciudad y dormir plácidamente, el Best Western Academy Plaza es un valor seguro. Su estilo es decididamente moderno, con las facilidades que eso implica. Es una lástima que apenas entre luz natural, por lo que los espacios son amarillentos.
Ideal, este pequeño hotel situado en una hermosa residencia georgiana, miembro de Manor House, está a la vez en el centro y en un entorno tranquilo. Las zonas comunes tienen mucho encanto y, para algunos, hermosos elementos georgianos. Cabría esperar esta clase en las habitaciones pero, por desgracia, no es el caso.
En la calle más concurrida de Temple Bar, este solicitado hotel goza de un emplazamiento ideal para los más fiesteros, quienes, además, encontrarán una animada discoteca los fines de semana. Las demás personas es probable que no lo pasen tan bien debido al ruido.
Entre el famoso Half Penny Bridge y la mítica O'Connell Street, el Arlington O'Connell Bridge seduce gracias a su situación y a su popular espectáculo irlandés tradicional, que vienen a ver los turistas del mundo entero. ¡Eso es todo!
En pleno centro de la vida nocturna, en el inevitable Temple Bar, el Morgan es uno de los establecimientos más de moda por donde pasar, tomar una copa, bailar o incluso alojarte. Es un hotel-boutique contemporáneo y de diseño. Seguro que te gustará, a no ser que no puedas aguantar el ruido de Temple Bar.
Este gran hotel frente al Trinity College, bonito y clásico, era un banco antiguamente. Algunos espacios todavía conservan indicios de su época anterior, como el gran vestíbulo en el que se organizan los acontecimientos, o el bar, antigua sala para las cajas de seguridad, donde los clientes podrán tomar los mejores cócteles. El hotel ofrece un gran confort y propone una deliciosa tarde de té (merienda).
La verde campiña se extiende sobre muchos kilómetros. Carton House se encuentra ubicado entre dos magníficos campos de golf, muy frecuentados. Esta gran mansión palladiana, de estilo irlandés, combina a la perfección lo antiguo y lo moderno. El edificio original, antigua residencia de verano del Duque de Leinster, acoge en la actualidad 18 excelentes suites.
Un hotel de lujo contemporáneo, muy céntrico, de habitaciones funcionales con vistas a un coqueto jardín o al parque de Stephen's Green. Uno de sus restaurantes tiene una estrella Michelin.
La verde campiña se extiende sobre muchos kilómetros. Carton House se encuentra ubicado entre dos magníficos campos de golf, muy frecuentados. Esta gran mansión palladiana, de estilo irlandés, combina a la perfección lo antiguo y lo moderno. El edificio original, antigua residencia de verano del Duque de Leinster, acoge en la actualidad 18 excelentes suites.
Entendemos fácilmente que el Merrion Hotel haya obtenido la distinción Leading hotel of the world. Ubicado en unas magníficas casas georgianas en perfecto estado, los huéspedes gozan de un marco lujoso, elegante y confortable en pleno centro de la capital. Incluye un spa con piscina y el único restaurante de toda Irlanda con 2 estrellas Michelin.
El hotel Four Seasons está en un barrio residencial al sur de Dublín y mantiene muy bien su reputación de grupo hotelero de lujo. Los alrededores del establecimiento no ofrecen ningún entretenimiento, pero el interior es todo lo contrario ya que tiene restaurante, tres bares, un spa y una piscina. A no ser que vaya a Dublín por negocios. Entonces le interesará saber que este hotel tiene seis salas de reuniones.
El Morrison es miembro de la cadena W3 by Hilton pero no se construyó en honor al famoso cantante de rock que lleva el mismo nombre. En cambio, el establecimiento sí que rinde homenaje a los artistas de origen irlandés. Después de 10 semanas de obras, el Morrison volvió a abrir sus puertas en febrero del 2013 y presenta un interior moderno. Una decoración que no se suele ver mucho en esta ciudad que suele elegir un estilo más clásico. Además de eso, el Morrison propone un restaurante delicioso y una galería de arte: un hotel perfecto en Dublín.
Un hotel de lujo contemporáneo, muy céntrico, de habitaciones funcionales con vistas a un coqueto jardín o al parque de Stephen's Green. Uno de sus restaurantes tiene una estrella Michelin.
El Dylan es un hotel 5 estrellas pero no tiene nada que ver con el famoso cantante. No, solo se ha instalado en la calle que lleva el mismo nombre. El Dylan ha sido un hospital, un hotel, y ahora es el hotel Dylan, de 44 habitaciones. Desde 2007 acoge a sus clientes en un interior moderno bastante particular. Propone un bar, un restaurante y un salón, pero es una pena que no haya centro de bienestar.
El hotel Clarion abrió sus puertas en el 2001 y es un hotel moderno y agradable pero sin mucha personalidad. Será el hotel perfecto para los que busquen un verdadero centro de bienestar. Tiene salas de masaje, sauna, hammam y una inmensa y preciosa piscina. Y es difícil encontrar todo eso en la capital irlandesa. No es ni demasiado grande, ni demasiado pequeño y tiene una ubicación privilegiada ya que está en el centro de la ciudad, a orillas del río Liffey.
Frente al National Concert Hall de Dublín, el Conrad es contemporáneo. Es ideal para una clientela de negocios, pero también seduce a los turistas con sus diversas atenciones y sus espacios amplios y confortables. El hotel cuida especialmente su servicio, de excelente calidad.