


Un hotel de lujo contemporáneo, muy céntrico, de habitaciones funcionales con vistas a un coqueto jardín o al parque de Stephen's Green. Uno de sus restaurantes tiene una estrella Michelin.
- Deportes
- Bien situado
- Descanso
- Gastronomía
Un hotel de lujo contemporáneo, muy céntrico, de habitaciones funcionales con vistas a un coqueto jardín o al parque de Stephen's Green. Uno de sus restaurantes tiene una estrella Michelin.
Está ubicado en la calle St. Stephen's Green, frente al coqueto parque de Dublín que lleva el mismo nombre. Goza así de los atractivos del centro de la capital: las principales calles comerciales y una amplia oferta cultural y de ocio están a la vuelta de la esquina. El aeropuerto de Dublín está a 15 kilómetros y la estación de tren Connolly, a 3 km.
Con un total de 139 habitaciones, el hotel Fitzwilliam tiene un estilo especial en cada una de sus estancias. Desde la recepción a los restaurantes, pasando por los pasillos y habitaciones, cada apartado del hotel desprende estilo (propio de revista de decoración) y detalles que aportan frescura, como las flores naturales (hortensias, margaritas, etc.). Todas las habitaciones están equipadas con lo necesario para la evasión y el relax. Como prueba, el equipo musical presente en cada habitación (radio incorporada y cd's disponibles bajo demanda), o la sala de baño, donde se encuentra lo más parecido a un spa doméstico tanto por la ducha (dotada con maneral propio de hidromasaje) como por los productos de baño, relajantes y de exquisitos aromas, el albornoz de algodón egipcio, etc. La habitación se completa con otros elementos de última tecnología como la televisión de pantalla plana LCD, línea de ADSL (gratuita), buzón de voz personal, etc. La llave de la habitación permite acceder de forma gratuita tanto al gimnasio como al business centre (un par de ordenadores y acceso a Internet gratuito) a cualquier hora del día.
Fitzwilliam abrió sus puertas en el verano de 1998 y en 2008 celebró su décimo aniversario rediseñando todas sus habitaciones. Tanto éstas como el edificio en general son contemporáneos. Diseñado por Conrad Design Partnership, responde al concepto de «Baronial Modern», que según sus creadores «une el espíritu del pasado con el presente». En definitiva, se trata de un estilo moderno, de ambiente chic. Cada elemento decorativo, desde las lámparas hasta los jarrones, ha sido creado en exclusiva para el hotel. En el lobby, además de la chimenea y cómodos sofás, encontramos junto a los ascensores una coqueta estancia provista de libros, revistas y periódicos donde se hace más grata la espera. De la misma forma, las habitaciones tienen los ingredientes para el bienestar. Su estilo no sorprende al ir en armonía con el resto de estancias del hotel.
La buena gastronomía es uno de los atributos del hotel. El deleite en la mesa comienza en el desayuno donde además de frutas de temporada y tropicales, zumos recién exprimidos y tostadas recién hechas, encontramos una sugerente carta de platos para comandar en el momento y sin pagar extras. Se trata de recetas sencillas, como huevos revueltos, tortillas o verduras salteadas, pero con la ventaja de estar recién cocinados. Además, el Fitzwilliam cuenta con dos restaurantes principales. El Thornton's, liderado por el imaginativo chef Kevin Thornton, está galardonado con una estrella Michelin. Recetas irlandesas con ingredientes típicamente españoles (incluso Made in Spain) son algunas de las sorpresas del joven cocinero. Varias de sus mesas tienen vistas al Stephen's Green: un lujo. El Citron, más informal, ofrece menús con un toque irlandés en un ambiente chic. Completa la oferta el bar «Inn on the Green», situado en la planta baja, y el «Penthouse», en lo más alto del edificio. Este último lugar ofrece en 160 metros cuadrados un gran piano bar arropado por el calor de dos chimeneas donde degustar un güisqui o un buen café irlandés.
A pesar de hallarse en pleno centro, con algunos comercios abiertos hasta bien pasada la tarde, el hotel se encuentra en un apartado tranquilo. El edificio parece esconderse entre las construcciones vecinas por lo que más vale ir atento si no se está familiarizado con la zona. En el lobby nos recibe una chimenea que suele estar encendida. Se trata de un hotel urbano y de lujo, también apto para familias aunque no especialmente diseñado para los niños. La disposición del establecimiento es vertical, por lo que muchos de los espacios comunes (business centre, peluquería, gimnasio, etc.) están repartidos en distintas plantas. Cuenta con varias habitaciones para discapacitados y médico las 24 horas. Entre otros servicios de lujo: alquiler de limusinas y de móviles.
masaje, salón de belleza, puesta en forma, EPA, baño turco, wellness
gimnasia, btt, fitness, deportes
Hotel très bien situé dans le centre de Dublin, à coté du parc St.Stephens.Tout le personnel est au petit soin pour rendre le séjour très agréable.
-Sa situation Géographique -Son personnel attentionné
-son prix -Restaurant bruyant
Es un lugar ideal para parejas que quieran darse un homenaje gastronómico, y conocer Dublín a pie: está en pleno centro.
Su situación, la comida (calidad de productos y elaboración) y la comodidad de las habitaciones.
Precio. Falta de espacios para niños.
Frente al National Concert Hall de Dublín, el Conrad es contemporáneo. Es ideal para una clientela de negocios, pero también seduce a los turistas con sus diversas atenciones y sus espacios amplios y confortables. El hotel cuida especialmente su servicio, de excelente calidad.
Este "Small Luxury of the World" es un pequeño hotel repleto de encanto y muy bien ubicado en una zona bastante tranquila del centro de la ciudad. Sus habitaciones románticas y muy cómodas, el agradable trato, los deliciosos platos, su amable conserje y su distinguido bar de copas hacen de este hotel un establecimiento para compartir en pareja.
Ideal, este pequeño hotel situado en una hermosa residencia georgiana, miembro de Manor House, está a la vez en el centro y en un entorno tranquilo. Las zonas comunes tienen mucho encanto y, para algunos, hermosos elementos georgianos. Cabría esperar esta clase en las habitaciones pero, por desgracia, no es el caso.
En la calle más concurrida de Temple Bar, este solicitado hotel goza de un emplazamiento ideal para los más fiesteros, quienes, además, encontrarán una animada discoteca los fines de semana. Las demás personas es probable que no lo pasen tan bien debido al ruido.
En pleno centro de la vida nocturna, en el inevitable Temple Bar, el Morgan es uno de los establecimientos más de moda por donde pasar, tomar una copa, bailar o incluso alojarte. Es un hotel-boutique contemporáneo y de diseño. Seguro que te gustará, a no ser que no puedas aguantar el ruido de Temple Bar.
Este gran hotel frente al Trinity College, bonito y clásico, era un banco antiguamente. Algunos espacios todavía conservan indicios de su época anterior, como el gran vestíbulo en el que se organizan los acontecimientos, o el bar, antigua sala para las cajas de seguridad, donde los clientes podrán tomar los mejores cócteles. El hotel ofrece un gran confort y propone una deliciosa tarde de té (merienda).
La verde campiña se extiende sobre muchos kilómetros. Carton House se encuentra ubicado entre dos magníficos campos de golf, muy frecuentados. Esta gran mansión palladiana, de estilo irlandés, combina a la perfección lo antiguo y lo moderno. El edificio original, antigua residencia de verano del Duque de Leinster, acoge en la actualidad 18 excelentes suites.
Entendemos fácilmente que el Merrion Hotel haya obtenido la distinción Leading hotel of the world. Ubicado en unas magníficas casas georgianas en perfecto estado, los huéspedes gozan de un marco lujoso, elegante y confortable en pleno centro de la capital. Incluye un spa con piscina y el único restaurante de toda Irlanda con 2 estrellas Michelin.
La verde campiña se extiende sobre muchos kilómetros. Carton House se encuentra ubicado entre dos magníficos campos de golf, muy frecuentados. Esta gran mansión palladiana, de estilo irlandés, combina a la perfección lo antiguo y lo moderno. El edificio original, antigua residencia de verano del Duque de Leinster, acoge en la actualidad 18 excelentes suites.
Entendemos fácilmente que el Merrion Hotel haya obtenido la distinción Leading hotel of the world. Ubicado en unas magníficas casas georgianas en perfecto estado, los huéspedes gozan de un marco lujoso, elegante y confortable en pleno centro de la capital. Incluye un spa con piscina y el único restaurante de toda Irlanda con 2 estrellas Michelin.
El hotel Four Seasons está en un barrio residencial al sur de Dublín y mantiene muy bien su reputación de grupo hotelero de lujo. Los alrededores del establecimiento no ofrecen ningún entretenimiento, pero el interior es todo lo contrario ya que tiene restaurante, tres bares, un spa y una piscina. A no ser que vaya a Dublín por negocios. Entonces le interesará saber que este hotel tiene seis salas de reuniones.
El Morrison es miembro de la cadena W3 by Hilton pero no se construyó en honor al famoso cantante de rock que lleva el mismo nombre. En cambio, el establecimiento sí que rinde homenaje a los artistas de origen irlandés. Después de 10 semanas de obras, el Morrison volvió a abrir sus puertas en febrero del 2013 y presenta un interior moderno. Una decoración que no se suele ver mucho en esta ciudad que suele elegir un estilo más clásico. Además de eso, el Morrison propone un restaurante delicioso y una galería de arte: un hotel perfecto en Dublín.
Este "Small Luxury of the World" es un pequeño hotel repleto de encanto y muy bien ubicado en una zona bastante tranquila del centro de la ciudad. Sus habitaciones románticas y muy cómodas, el agradable trato, los deliciosos platos, su amable conserje y su distinguido bar de copas hacen de este hotel un establecimiento para compartir en pareja.
El Dylan es un hotel 5 estrellas pero no tiene nada que ver con el famoso cantante. No, solo se ha instalado en la calle que lleva el mismo nombre. El Dylan ha sido un hospital, un hotel, y ahora es el hotel Dylan, de 44 habitaciones. Desde 2007 acoge a sus clientes en un interior moderno bastante particular. Propone un bar, un restaurante y un salón, pero es una pena que no haya centro de bienestar.
El hotel Clarion abrió sus puertas en el 2001 y es un hotel moderno y agradable pero sin mucha personalidad. Será el hotel perfecto para los que busquen un verdadero centro de bienestar. Tiene salas de masaje, sauna, hammam y una inmensa y preciosa piscina. Y es difícil encontrar todo eso en la capital irlandesa. No es ni demasiado grande, ni demasiado pequeño y tiene una ubicación privilegiada ya que está en el centro de la ciudad, a orillas del río Liffey.
Frente al National Concert Hall de Dublín, el Conrad es contemporáneo. Es ideal para una clientela de negocios, pero también seduce a los turistas con sus diversas atenciones y sus espacios amplios y confortables. El hotel cuida especialmente su servicio, de excelente calidad.