


Apartado del centro urbano, el Merrion Hall es un tranquilo hotel de dimensiones razonables con una decoración cuidada. Es un establecimiento confortable y sencillo.
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Apartado del centro urbano, el Merrion Hall es un tranquilo hotel de dimensiones razonables con una decoración cuidada. Es un establecimiento confortable y sencillo.
Junto a una avenida muy transitada (Merrion), está justo enfrente del Four Seasons Dublin y del gran centro de convenciones Royal Dublin Society. El National Concert Hall tampoco queda muy lejos, así como la estación de Sandymount (trenes regionales), varias embajadas (francesa, china, etc.) o la residencia del antiguo primer ministro irlandés. Con el Aircoach tardas 30 minutos en llegar al aeropuerto internacional de Dublín (20 en taxi).
Las 34 habitaciones se dividen en tres categorías: clásicas (cama doble/dos camas), 12 deluxe (camas dobles) y 10 suites. Las últimas suelen tener chimenea. Sus vistas dan a otras casas residenciales o a la gran avenida. Casi tan grandes como las estancias de otras categorías, las "clásicas" son mucho más austeras que las demás, y se puede observar en detalles como las ventanas (menos trabajadas). Hay moqueta verde, paredes en tonos crema (a juego con los cubrecamas), muebles de madera, camas (más bien blandas), televisor, climatización individual y teléfono. En los cuartos de baño se incluye bañera (con hidromasaje), secador de pelo y varios productos de aseo. Las suites, distribuidas a lo largo, son amplias. Las camas tienen estilos diferentes: de madera, de hierro forjado, con baldaquino... En el cuarto de baño también hay extras como la ducha independiente o dos lavabos. El servicio de habitaciones está disponible hasta medianoche.
Es una gran casa de dos plantas, situada en una esquina entre dos calles. Su construcción fecha del siglo XVIII. La hiedra se extiende agradablemente por el exterior de esta finca de ladrillos rojos de estilo eduardiano (como las fincas colindantes). Un poco de césped y algunos parterres con flores o árboles delimitan este coqueto espacio. Hay un pequeño aparcamiento con capacidad para cuatro coches. En cuanto entras, un largo pasillo te lleva hasta el mostrador que hay al otro extremo de ese pequeño espacio de recepción. Al pasar, verás que unos grandes ventanales aportan mucha luz natural y que los salones dan al exterior con ventanas salientes. Fíjate en las refinadas molduras que hay en el techo del salón. Varias chimeneas decoran sus múltiples espacios, muy sobrios. En general, la decoración es poco importante y heteróclita. Una escalera te lleva a las tres plantas, hasta tu habitación. Una parte del edificio cuenta con ascensor.
Hay una zona reservada para el desayuno (continental o irlandés), que se sirve entre las 6:00 y las 10:00 h. El restaurante cuenta con un gran patio en el que entra mucha luminosidad. En julio de 2009, daba a las obras que se estaban realizando justo al lado, ya que el dueño quiere abrir un segundo hotel y un spa. Además de buffet (con cereales, fruta, etc.) hay carta de desayunos. Durante el resto de la jornada (hasta medianoche) puedes comer algo ligero. Pero por lo menos cuentan con varias opciones, aunque sean pocas (bocadillos, surtido de quesos, etc.). Los comensales pueden optar por comer en uno de los salones colindantes o en la habitación. La oferta de vinos es más amplia que la de platos. Hay una buena selección de vinos franceses. Además, sirven el té de la tarde.
El personal políglota del hotel te atenderá con una gran amabilidad para hacer tu estancia más cómoda. La conexión wifi y el uso del ordenador son gratuitos. Asimismo, el Merrion Hall abre en Navidad. Al lado, tenían que inaugurarse en enero de 2010 un pequeño centro de bienestar y un nuevo edificio del hotel colindante al Merrion Hall. Los huéspedes de este último pueden usar sus nuevísimas instalaciones. El propietario también tiene un tercer hotel, muy encantador, a 850 metros: el Aberdeen Lodge.
masaje, salón de belleza, sauna, puesta en forma, EPA, baño turco
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El Burlington, en la periferia de Dublín, está situado en un barrio residencial tranquilo. Es de los pocos hoteles de la capital que dispone de tanta capacidad, es decir, 500 cómodas habitaciones. Además, tiene una gran sala de conferencias, ideal para el turismo de negocios.
En Ballsbridge, uno de los barrios residenciales más tranquilos de la capital, el Ariel House es una cómoda pensión, instalada en una bonita vivienda victoriana.
"Como en casa", este podría ser el eslogan del Aberdeen Lodge, un pequeño remanso de paz eduardiano en el que clientes y propietarios conviven en toda tranquilidad. Una vivienda cómoda y coqueta, un ambiente apacible y una cocina según demanda son los ingredientes para una estancia sencilla y a la vez encantadora.
En esta bonita casa victoriana, los huéspedes disfrutan de un servicio personalizado. La verdad es que se sentirán como en casa. Este hotel acogedor se conoce gracias al boca a boca, que funciona a las mil maravillas.
El Mount Herbert, situado en un barrio residencial de Dublín y dirigido por la misma familia desde hace más de 50 años, es ideal para los que buscan disfrutar de unas vacaciones tranquilas. La comodidad queda plasmada ante nuestros ojos y la decoración está cuidada hasta el más mínimo detalle.
El hotel Davenport, cercano al Trinity College y al parque de St. Stephen's Green y por lo tanto en el centro de la capital, se ubica en una antigua iglesia, construida en 1863. Su fachada es única. Los interiores renovados a finales de 2008 son impecables y cuidados. Una buena dirección que sabe mantener su sencillez.
Es difícil encontrar algún punto a favor de este hotel alejado de la capital y un poco perdido en una avenida muy transitada, por no hablar del olor desagradable de las marismas de alrededor. Sin embargo, el lugar es funcional. Un lugar en el que pernoctar y punto.
Este hotel es ideal para las personas en viaje de negocios por su ubicación en el centro del barrio destinado a ello. Las infraestructuras son mayores que en muchos hoteles de la ciudad, sobre todo gracias a su piscina y a su magnífico gimnasio.
La verde campiña se extiende sobre muchos kilómetros. Carton House se encuentra ubicado entre dos magníficos campos de golf, muy frecuentados. Esta gran mansión palladiana, de estilo irlandés, combina a la perfección lo antiguo y lo moderno. El edificio original, antigua residencia de verano del Duque de Leinster, acoge en la actualidad 18 excelentes suites.
Entendemos fácilmente que el Merrion Hotel haya obtenido la distinción Leading hotel of the world. Ubicado en unas magníficas casas georgianas en perfecto estado, los huéspedes gozan de un marco lujoso, elegante y confortable en pleno centro de la capital. Incluye un spa con piscina y el único restaurante de toda Irlanda con 2 estrellas Michelin.
El hotel Four Seasons está en un barrio residencial al sur de Dublín y mantiene muy bien su reputación de grupo hotelero de lujo. Los alrededores del establecimiento no ofrecen ningún entretenimiento, pero el interior es todo lo contrario ya que tiene restaurante, tres bares, un spa y una piscina. A no ser que vaya a Dublín por negocios. Entonces le interesará saber que este hotel tiene seis salas de reuniones.
El Morrison es miembro de la cadena W3 by Hilton pero no se construyó en honor al famoso cantante de rock que lleva el mismo nombre. En cambio, el establecimiento sí que rinde homenaje a los artistas de origen irlandés. Después de 10 semanas de obras, el Morrison volvió a abrir sus puertas en febrero del 2013 y presenta un interior moderno. Una decoración que no se suele ver mucho en esta ciudad que suele elegir un estilo más clásico. Además de eso, el Morrison propone un restaurante delicioso y una galería de arte: un hotel perfecto en Dublín.
Un hotel de lujo contemporáneo, muy céntrico, de habitaciones funcionales con vistas a un coqueto jardín o al parque de Stephen's Green. Uno de sus restaurantes tiene una estrella Michelin.
El Dylan es un hotel 5 estrellas pero no tiene nada que ver con el famoso cantante. No, solo se ha instalado en la calle que lleva el mismo nombre. El Dylan ha sido un hospital, un hotel, y ahora es el hotel Dylan, de 44 habitaciones. Desde 2007 acoge a sus clientes en un interior moderno bastante particular. Propone un bar, un restaurante y un salón, pero es una pena que no haya centro de bienestar.
Este "Small Luxury of the World" es un pequeño hotel repleto de encanto y muy bien ubicado en una zona bastante tranquila del centro de la ciudad. Sus habitaciones románticas y muy cómodas, el agradable trato, los deliciosos platos, su amable conserje y su distinguido bar de copas hacen de este hotel un establecimiento para compartir en pareja.
El hotel Clarion abrió sus puertas en el 2001 y es un hotel moderno y agradable pero sin mucha personalidad. Será el hotel perfecto para los que busquen un verdadero centro de bienestar. Tiene salas de masaje, sauna, hammam y una inmensa y preciosa piscina. Y es difícil encontrar todo eso en la capital irlandesa. No es ni demasiado grande, ni demasiado pequeño y tiene una ubicación privilegiada ya que está en el centro de la ciudad, a orillas del río Liffey.