Gonzalo González Beneytez
Jefe de sección
En la calle más concurrida de Temple Bar, este solicitado hotel goza de un emplazamiento ideal para los más fiesteros, quienes, además, encontrarán una animada discoteca los fines de semana. Las demás personas es probable que no lo pasen tan bien debido al ruido.
Temple Bar Hotel - © Carlos Rodrigues / EASYVOYAGE
Temple Bar Hotel - © Carlos Rodrigues / EASYVOYAGE
En pleno corazón de Temple Bar, en la calle más concurrida de este pequeño barrio, un punto neurálgico de la capital en cuanto al ocio nocturno. Trinity College y O'Connell Street están justo al lado. El Aircoach (ideal para llegar al aeropuerto de la capital) tampoco está lejos.
Las ventanas de las habitaciones con vistas al patio dan al tejado del restaurante, una vista no demasiado agradable. En cambio, estas habitaciones son mucho más tranquilas que las que dan a la calle, ya que Temple Bar es una zona muy concurrida. Lo que nos preguntamos es si realmente es posible conciliar el sueño aquí. El precio es el mismo para ambos tipos de habitaciones. En total, el hotel cuenta con 129 habitaciones, todas con doble acristalamiento, cafetera/tetera, teléfono, televisión con pantalla de plasma con 22 canales, caja fuerte electrónica (para un portátil), plancha para pantalones, paraguas, plancha y tabla de planchar. Las habitaciones estándar son homogéneas (de color blanco, carmín y madera clara), están limpias y rondan los 25 m². Allí encontrarás una cabecera de madera clara, dos sofás de terciopelo sobre una moqueta espesa de color carmín, un escritorio, un cuadro colgado en la pared color crema, dos ventanas con cortinas carmín y algunos espacios para guardar la ropa... En otro modelo de habitación predominan los azules. Los cuarto de baño, en tonos grises y blancos, son relativamente grandes y disponen de bañera, secador de pelo, productos de aseo dentro de un dispensador y toallero radiador. Ten en cuenta que las habitaciones situadas en los extremos del edificio tienen una longitud menor. El servicio de habitaciones está disponible de 7:00 a 14:00 h y de 18:00 a 21:00 h.
El hotel ocupó el lugar de un antiguo banco en los años 90. Las últimas renovaciones se llevaron a cabo, en el caso del bar, en 2007, y en el caso de las habitaciones, en 2006. El Temple Bar cuenta con una hermosa fachada de cuatro pisos, como la de los pubs de la zona; lo que no deja adivinar que el hotel se construyó sobre un plano cuadrado alrededor del restaurante y ocupa la totalidad del patio interior. Justo delante de la entrada, los huéspedes descubrirán un vestíbulo acogedor y más bien elegante. Suele estar bastante lleno, así que lo más probable es que los cómodos sofás ya estén ocupados cuando llegues. Justo al lado de la entrada del hotel, hay una segunda puerta que da al amplio bar del establecimiento, con el que evidentemente también está conectado desde el interior. En la calle se ha dispuesto una zona para los fumadores. El bar se transforma en discoteca los jueves, viernes y sábados por la noche (hay que pagar entrada, aunque los clientes del hotel tienen descuento). Se trata de un lugar muy concurrido con capacidad para 700 personas. El DJ pincha de 22:00 a 01:30 h aproximadamente. El bar es muy largo y se divide en varios espacios interesantes, de colores diferentes de acuerdo con los cambios de las luces de neón. También contribuyen a crear esta atmósfera única e insólita la bóveda de ladrillo, la amplia barra ovalada y las enormes pantallas que emiten diferentes eventos deportivos. Si formas un grupo de mínimo 8 personas, podrás aprender a preparar diferentes cócteles (calculad 25 euros por persona). Los clientes del hotel tienen a su disposición otro bar, el "Rendez-vous", abierto de 18:00 a 02:30 h. Se trata de un local pequeño, acogedor y con un ambiente íntimo.
El bar más grande del establecimiento, el "Buskers", abre de 12:00 a 21:00 h y ofrece un servicio de menú. Podrás elegir entre (algo que no suele ocurrir en otros hoteles): bocadillos, sándwiches, platos ligeros o platos más consistentes. La carta de cócteles es muy completa. Prácticamente todos rondan los 10 euros. En el restaurante Terrasse, los comensales toman el desayuno en forma de bufé (continental e irlandés) de 7:30 a 10:30 h entre semana (y de 8:00 a 11:00 h los fines de semana). La cena se sirve entre las 18:00 y las 21:00 h. La luminosidad del comedor es especialmente buena gracias al tragaluz situado en el centro y gracias al suelo de parqué claro. El precio es fijo para la cena, de sabores irlandeses e internacionales: 19,95 euros el menú (con entrante, plato principal, postre, té o café). También sirven una pequeña carta de vinos. En verano, desde junio hasta finales de agosto, se sirve un menú especial entre las 18:00 y las 19:00 h, en el que por 12,95 euros tendrás un plato acompañado de un vaso de vino.
Quien quiera salir a jugar a golf fuera de la ciudad, en el hotel encontrará un equipo de prácticas de golf disponible de forma gratuita.
El servicio de lavandería funciona de lunes a viernes.
El acceso al ordenador del hotel y al servicio wifi también son gratuitos.
La tarjeta de la habitación es imprescindible para poner en funcionamiento el ascensor.
Recomendaciones:
El hotel suele estar reservado al completo los fines de semana, así que tenlo en cuenta y acuérdate de reservar con antelación. Los precios suben cuando se celebra un gran acontecimiento en la ciudad, como conciertos, etc.
puesta en forma, EPA, baño turco
golf
Bien situado para visitar la ciudad y dormir plácidamente, el Best Western Academy Plaza es un valor seguro. Su estilo es decididamente moderno, con las facilidades que eso implica. Es una lástima que apenas entre luz natural, por lo que los espacios son amarillentos.
El Gresham presenta con orgullo su fachada clásica en la célebre O'Connell Street. En comparación, el resto del hotel es más bien decepcionante. Su gloria pasada ofrece ahora un carácter anticuado.
Al lado de O'Connell Street, el Days Inn Talbot es un complejo hotelero sin encanto, pero muy bien cuidado y funcional. Desde ahí es muy fácil llegar a los lugares míticos de la ciudad. Es un hotel ideal para disfrutar de una estancia sencilla.
En O'Connell Street, el Lynam podría ser un pequeño hotel con encanto. Sin embargo, descubres todo lo contrario en esta estructura mal mantenida y con un servicio deplorable. Su único punto a favor es su situación en los Campos Eliseos de Dublín.
Este "Small Luxury of the World" es un pequeño hotel repleto de encanto y muy bien ubicado en una zona bastante tranquila del centro de la ciudad. Sus habitaciones románticas y muy cómodas, el agradable trato, los deliciosos platos, su amable conserje y su distinguido bar de copas hacen de este hotel un establecimiento para compartir en pareja.
Entre el famoso Half Penny Bridge y la mítica O'Connell Street, el Arlington O'Connell Bridge seduce gracias a su situación y a su popular espectáculo irlandés tradicional, que vienen a ver los turistas del mundo entero. ¡Eso es todo!
En pleno centro de la vida nocturna, en el inevitable Temple Bar, el Morgan es uno de los establecimientos más de moda por donde pasar, tomar una copa, bailar o incluso alojarte. Es un hotel-boutique contemporáneo y de diseño. Seguro que te gustará, a no ser que no puedas aguantar el ruido de Temple Bar.
Este gran hotel frente al Trinity College, bonito y clásico, era un banco antiguamente. Algunos espacios todavía conservan indicios de su época anterior, como el gran vestíbulo en el que se organizan los acontecimientos, o el bar, antigua sala para las cajas de seguridad, donde los clientes podrán tomar los mejores cócteles. El hotel ofrece un gran confort y propone una deliciosa tarde de té (merienda).
La verde campiña se extiende sobre muchos kilómetros. Carton House se encuentra ubicado entre dos magníficos campos de golf, muy frecuentados. Esta gran mansión palladiana, de estilo irlandés, combina a la perfección lo antiguo y lo moderno. El edificio original, antigua residencia de verano del Duque de Leinster, acoge en la actualidad 18 excelentes suites.
Entendemos fácilmente que el Merrion Hotel haya obtenido la distinción Leading hotel of the world. Ubicado en unas magníficas casas georgianas en perfecto estado, los huéspedes gozan de un marco lujoso, elegante y confortable en pleno centro de la capital. Incluye un spa con piscina y el único restaurante de toda Irlanda con 2 estrellas Michelin.
El hotel Four Seasons está en un barrio residencial al sur de Dublín y mantiene muy bien su reputación de grupo hotelero de lujo. Los alrededores del establecimiento no ofrecen ningún entretenimiento, pero el interior es todo lo contrario ya que tiene restaurante, tres bares, un spa y una piscina. A no ser que vaya a Dublín por negocios. Entonces le interesará saber que este hotel tiene seis salas de reuniones.
El Morrison es miembro de la cadena W3 by Hilton pero no se construyó en honor al famoso cantante de rock que lleva el mismo nombre. En cambio, el establecimiento sí que rinde homenaje a los artistas de origen irlandés. Después de 10 semanas de obras, el Morrison volvió a abrir sus puertas en febrero del 2013 y presenta un interior moderno. Una decoración que no se suele ver mucho en esta ciudad que suele elegir un estilo más clásico. Además de eso, el Morrison propone un restaurante delicioso y una galería de arte: un hotel perfecto en Dublín.
Un hotel de lujo contemporáneo, muy céntrico, de habitaciones funcionales con vistas a un coqueto jardín o al parque de Stephen's Green. Uno de sus restaurantes tiene una estrella Michelin.
El Dylan es un hotel 5 estrellas pero no tiene nada que ver con el famoso cantante. No, solo se ha instalado en la calle que lleva el mismo nombre. El Dylan ha sido un hospital, un hotel, y ahora es el hotel Dylan, de 44 habitaciones. Desde 2007 acoge a sus clientes en un interior moderno bastante particular. Propone un bar, un restaurante y un salón, pero es una pena que no haya centro de bienestar.
Este "Small Luxury of the World" es un pequeño hotel repleto de encanto y muy bien ubicado en una zona bastante tranquila del centro de la ciudad. Sus habitaciones románticas y muy cómodas, el agradable trato, los deliciosos platos, su amable conserje y su distinguido bar de copas hacen de este hotel un establecimiento para compartir en pareja.
El hotel Clarion abrió sus puertas en el 2001 y es un hotel moderno y agradable pero sin mucha personalidad. Será el hotel perfecto para los que busquen un verdadero centro de bienestar. Tiene salas de masaje, sauna, hammam y una inmensa y preciosa piscina. Y es difícil encontrar todo eso en la capital irlandesa. No es ni demasiado grande, ni demasiado pequeño y tiene una ubicación privilegiada ya que está en el centro de la ciudad, a orillas del río Liffey.