El Rocher recibe a sus huéspedes en una pequeña recepción, decorada con estatuas asiáticas, muebles de mimbre y toques tropicales en su carpintería. La construcción del hotel es de estilo colonial y en forma de U, con una parte central formada no por una piscina, sino por un pequeño jardín tropical. A las habitaciones que se encuentran en la primera planta se accede, desde el jardín, por una amplia escalera de baldosas. Aunque la pequeña piscina no te permita dar unos largos, es muy agradable para relajarse al finalizar el día, cuando ya no hace tanto calor. La amplia terraza, situada junto a la piscina, da a la laguna y ofrece unas magníficas vistas al pequeño puerto deportivo, a la puesta de sol y a la barcaza que atraca cada media hora. Dado que el hotel dispone de pocos servicios (no tiene gimnasio, sala de TV ni bar), la mayoría de los clientes están de paso y se alojan una o dos noches. Las mejores playas y todo el atractivo turístico de Mayotte se encuentra en el sur de la isla de Grande-Terre. La parada de taxis que se encuentra delante del hotel está disponible día y noche, según los horarios de las barcazas.