


Lejos de la animación de Eilat, el Princess es un sitio especialmente tranquilo frente al Mar Rojo, que ofrece equipamientos muy completos para una clientela exigente.
Lejos de la animación de Eilat, el Princess es un sitio especialmente tranquilo frente al Mar Rojo, que ofrece equipamientos muy completos para una clientela exigente.
En la costa del Mar Rojo, en un lugar aislado, a 8 kilómetros aproximadamente de Eilat y a algunos metros de la frontera egipcia. Para el transporte desde el aeropuerto situado en el centro de la ciudad, se tardan 15 min.
Las 400 habitaciones del Princess se reparten entre la planta baja y las 15 plantas del edificio, garantizando una vista impresionante del mar o la montaña desde la mayoría de los balcones. Todas disponen de aire acondicionado, teléfono (¡comunicaciones muy asequibles y contestador personalizable!), televisión, caja fuerte y minibar. Las habitaciones estándares no son muy grandes y están decoradas en un estilo un poco anticuado. Sin embargo, las suites disfrutan de una superficie mayor con jacuzzi exterior privado para las Deluxe y dúplex para las Junior Suite. Sentimos un flechazo por las 7 suites temáticas (thai, china, marroquí, rusa...), decoradas con detenimiento. Se ofrece servicio de habitaciones las 24 horas.
El Princess, adosado a las montañas y orientado hacia el Mar Rojo, despliega su arquitectura, poco estética, en un paisaje cuanto menos suntuoso. En el vestíbulo de entrada, cuyas inmensas cristaleras ofrecen una vista extraordinaria del peñasco ocre del desierto, uno queda prendado por la belleza del lugar. La magia pervive en la gigantesca piscina exterior, donde los lagos se unen mediante un juego de toboganes y de pasarelas. Debido a su situación alejada del centro, el Princess ofrece todos los servicios indispensables: tiendas, gimnasio, salón de belleza, restaurantes temáticos, sinagoga y discoteca. Un miniclub acoge a los niños y se ofrecen actividades todas las noches. Pero el espectáculo más fascinante es la puesta de sol en la bahía desde la terraza del hotel.
Entre la cocina francesa, la vegetariana, la criolla, la italiana, la japonesa, las especialidades de carne o el restaurante bufé, no se puede decir que no haya variedad en el Princess en gastronomía casher. Cada restaurante ofrece una decoración personalizada pero el más espectacular es el Sunrise, que cuenta con amplias cristaleras incrustadas en la roca. En el desayuno y en la cena se proponen grandes bufés. La cafetería de la piscina o de la playa y la barbacoa, montada en verano en la terraza, ofrecen una buena alternativa para matar el gusanillo durante el día. Asimismo, puedes disfrutar de una copa en el salón panorámico, en el piano bar, en el pub, e incluso los noctámbulos, en la discoteca del hotel. Existen dos restaurantes no casher en el exterior del hotel, uno chino y otro japonés.
La playa del Princess, situada en el otro lado de la carretera que bordea la costa y accesible a través de un subterráneo, es de las más tranquilas de la región, a pesar de la música ambiente. Los clientes disponen de tumbonas y sombrillas gratis. La transparencia del agua permite admirar la fauna y la flora del Mar Rojo gracias a una simple máscara. Pero, para proteger los pies sensibles, es necesario llevar chanclas puesto que la orilla está plagada de piedras y corales.
Alejado de la actividad de Eilat (autobús gratuito cada media hora), el Princess está pensado sobre todo para aquéllos que buscan la tranquilidad y la relajación en un lugar grandioso. A pesar de que tiene 10 años y de que se nota en ciertos lugares, este establecimiento sigue siendo una referencia en la hostelería de alta gama. En sus grandes salas de recepción se pueden celebrar bodas, banquetes o cualquier otra fiesta como el bar-mitzva judío.
masaje, (de pago), salón de belleza, sauna, (de pago), hammam, (de pago), stretching, puesta en forma, EPA, baño turco, wellness
tenis, (2 pistas de tenis), gimnasia, aquagim, aerobic, water-polo, fitness
A dos pasos del mar, el Caesar es un hotel modesto y familiar que seducirá a aquéllos que tienen un presupuesto reducido, a pesar de que las infraestructuras están un poco viejas.
Este moderno hotel seducirá a las familias gracias a equipamientos sofisticados y a una situación muy agradable. Sin duda, su cercanía al aeropuerto sigue siendo su principal inconveniente.
Retirado de la ciudad, el Club Med Coral Beach ofrece un marco privilegiado y actividades de calidad, que no tienen equivalente en Eilat, para una clientela europea.
El Crowne Plaza es un hotel de gama alta, muy animado y con infraestructuras completas. Sin embargo, le falta encanto y tiene un aire demasiado nostálgico.
Flechazo por este hotel con un lujo y un refinamiento discreto, situado en un entorno magnífico en la costa. Único inconveniente: la pista del aeropuerto situada en su prolongación.
El Rimonim Eilat, un gigantesco complejo ubicado a pocos minutos del aeropuerto, ofrece unas completas prestaciones en un entorno recientemente renovado y modernizado. No obstante, y a pesar de querer darle un toque original, las habitaciones parecen bastante frías y el mobiliario un poco anticuado. Pese a todo, la mayoría dispone de balcones con vistas al mar. En el exterior, aunque la piscina sea grande, la zona reservada a las tumbonas es bastante pequeña. De todos modos, es preferible quedarse allí en lugar de ir a la playa, cuya zona reservada para el hotel es lamentable.
Es una auténtica maravilla. Es el hotel con encanto de la ciudad. Al contrario que sus numerosos compañeros macizos, el hotel dispone de pequeñas infraestructuras armoniosas, situadas en la ladera de una colina en medio de una vegetación bien cuidada. Las prestaciones de las habitaciones son buenísimas, los servicios cuidados, el panorama desde la piscina es único... El único punto negativo es que hay que acostumbrarse a las idas y venidas constantes y ruidosas de los coches eléctricos que suben y bajan a los clientes de y a las habitaciones.
¡Nueva York justo en el centro de Eilat! Desgraciadamente, de la idea al resultado final no basta la imaginación para compensar la falta de coherencia. La inmersión en la ciudad americana que propone el Central Park se encuentra principalmente en el sótano, donde hay una galería de tiendas que ofrecen varios servicios de tratamientos, de bares, de juegos... El mantenimiento, sin embargo, es mediocre. El alojamiento y las prestaciones no se salen de lo convencional y, por tanto, lejos de la locura de las grandezas o de la voluntad de servicio al país XXXL.
El Royal Beach, que se alza frente al mar, es uno de los hoteles más bonitos de Eilat y uno de nuestros preferidos. Hará las delicias de los amantes del lujo y del arte moderno.
De los cuatro palacios de Eilat, el Herods es el más logrado de todos tanto en su diseño, como en su arquitectura y su decoración. Una lugar de prestigio que seducirá a los amantes del lujo y la desmesura.
Es una auténtica maravilla. Es el hotel con encanto de la ciudad. Al contrario que sus numerosos compañeros macizos, el hotel dispone de pequeñas infraestructuras armoniosas, situadas en la ladera de una colina en medio de una vegetación bien cuidada. Las prestaciones de las habitaciones son buenísimas, los servicios cuidados, el panorama desde la piscina es único... El único punto negativo es que hay que acostumbrarse a las idas y venidas constantes y ruidosas de los coches eléctricos que suben y bajan a los clientes de y a las habitaciones.
En el gigantesco complejo hotelero Herod's que reúne tres establecimientos de estilos muy definidos, el Vitali's es el más elegante y dedicado al bienestar. Poca capacidad de alojamiento, una atmósfera acogedora e íntima, buenas prestaciones. Además, está a pie de playa. Los clientes pueden disfrutar de las infraestructuras del Herold's Palace vecino.
Flechazo por este hotel con un lujo y un refinamiento discreto, situado en un entorno magnífico en la costa. Único inconveniente: la pista del aeropuerto situada en su prolongación.
El hotel Agamim es el lugar ideal para disfrutar de la tranquilidad y relajarse lejos del bullicio de la costa de Eilat y de los otros hoteles. El hotel Agamin seducirá sobre todo a las parejas. La zona de la piscina con hamacas y colchonetas permite un verdadero descanso.
Directamente en primera línea de playa, este palacio de estilo muy moderno, ofrece una comodidad incuestionable, equipamientos completos y actividades discretas. Un lugar privilegiado para los jóvenes y las familias.
El King Solomon, durante mucho tiempo fue el único palacio de Eilat, ha sabido conservar su prestigio gracias a constantes renovaciones y a su destacado club infantil. Sin embargo, no dispone de acceso directo al mar.