


Es una auténtica maravilla. Es el hotel con encanto de la ciudad. Al contrario que sus numerosos compañeros macizos, el hotel dispone de pequeñas infraestructuras armoniosas, situadas en la ladera de una colina en medio de una vegetación bien cuidada. Las prestaciones de las habitaciones son buenísimas, los servicios cuidados, el panorama desde la piscina es único... El único punto negativo es que hay que acostumbrarse a las idas y venidas constantes y ruidosas de los coches eléctricos que suben y bajan a los clientes de y a las habitaciones.
- Descanso
- Encanto
- Corazón