Las 554 habitaciones del Mövenpick, que pueden acoger hasta 1.300 personas, son todas amplias (más de 40 m²) y decoradas de forma sobria, pero con buen gusto. En las habitaciones, de diseño, encontrarás diversos materiales, como el cristal o el mármol, pasando por la madera y el hierro forjado. Son estándar, junior-suites o familiares (tipo dúplex). Todas tienen balcón, climatización individual, televisión (con 30 canales), Internet, teléfono directo para llamadas internacionales y un minibar lleno. El mobiliario, depurado, se compone de una cama firme, de un espejo, mesa, sillas enguatadas, un gran sillón y mesitas de noche particularmente grandes. El cuarto de baño es de mármol color crema, y está provista de una ducha amplia (bañera para las suites), de un gran lavabo, un tocador, estanterías y secador de pelo. Puedes utilizar la caja fuerte en recepción (gratuita).

El hotel, renovado en 2005, cuenta con ocho edificios de tres plantas comunicadas mediante ascensores. Los edificios son bloques cuadrados, adornados con pérgolas floridas, o casas con tejados de tejas. Todos tienen un encanto particular, resultante de una decoración cuidada. Los jardines también están cuidadosamente acondicionados, con un agradable río artificial que serpentea apacible desde el gran vestíbulo color crema hasta la piscina. En el complejo, se encuentran diez piscinas, o cuatro lotes de piscinas; de las que 3 tienen agua caliente. La más amplia, muy tranquila, es la que se encuentra cerca del spa. La música está prohibida. Muy cerca de recepción, más abajo, destaca la piazza, una gran plaza, muy agradable por las noches y de día, gracias a sus tiendas, al bar en el que se puede bailar, y al cómodo rincón oriental de tonos rojos. Hay una orquesta de abril a octubre. Hay que caminar para llegar al lugar donde se encuentran las 13 villas con cuatro habitaciones cada una. Delante cada casita, el hidropedal y la canoa respectivos están aparcados.

El restaurante principal del Mövenpick, con 350 comensales, oferta bufés en un ambiente acogedor y cuidado. Se sirven desayunos y cenas impecables (un tema cada noche). Los temas por la noche se basan por ejemplo en la comida italiana, asiática, alemana/suiza, francesa, a base de marisco... Al mediodía, puedes elegir entre 4 restaurantes a la carta, y entre 5 por las noches. El Sayadin, el restaurante de marisco, es muy atractivo, por su cocina vista y su construcción, basada en el modelo de los antiguos restaurantes de Alejandría de los años 50. Al otro extremo, un restaurante italiano es muy bien decorado, con colores fríos como el rojo y el negro. Su carta se cambia todos los años. Es una lástima que la climatización esté regulada en una temperatura helada. Cerca de la piscina central, puedes probar la comida tailandesa, en un marco más intimista. 10 bares, de los que 3 se encuentran en la playa y la piscina, y con un café vienés están a tu disposición en el complejo. A principios de 2007 abrió un restaurante mexicano.

El Mövenpick dispone de varias playas vigiladas, con un total de 3 kilómetros que dan a las lagunas y al mar. Muchos lugares son tranquilos, ya que no se pone música. Existen tumbonas y sombrillas disponibles. El marco es a menudo muy agradable, al igual que esta franja de arena rodeada por el agua, en la que solamente se pueden colocar en el ancho dos tumbonas y una sombrilla. Hay bastante viento, perfecto para practicar kite surf (escuela). El club náutico propone muchas actividades acuáticas. Una escuela de submarinismo oferta clases. Los minusválidos también pueden descubrir los placeres del submarinismo. Único inconveniente, las piedras en la orilla.

La clientela de este hotel, que pertenece a una cadena alemana, es de diversas nacionalidades. Muchas familias descansan allí. El hotel está muy bien equipado para los minusválidos, como lo prueban la multitud de rampas existentes. El equipo de animadores habla francés, inglés, alemán y árabe. El autobús de El Gouna tiene varias paradas en la ciudad costera y lleva hasta Hurghada.