El hotel cuenta con un total de 244 excelentes y espaciosas habitaciones, repartidas entre el edificio principal y los bungalows. Los clientes disponen de numerosas categorías de habitación. Las habitaciones estándar disponen de unos 45 m². Todas ellas cuentan con balcón o terraza, a veces incluso los dos, con mobiliario de madera y unas magníficas vistas al mar. De colores suaves y relajantes, todo el espacio respira calidad y comodidad: grandes ventanales, parqué, mobiliario de madera, sillas con fundas, tejidos a rayas de color verde pálido resaltados por las paredes de color crema, numerosos puntos de luz, sofá tradicional recubierto de cojines, sillones, teclado de ordenador, lector de CD y DVD, numerosos armarios, así como aire acondicionado individual, TV (a veces dos) con unos 52 canales (sin pantalla de plasma en las estándares), caja de seguridad, teléfono y minibar. El bonito y gran cuarto de baño dispone de bañera con hidromasaje, ducha que se puede transformar en hammam con asiento de mármol, un pequeño televisor, una radio, un lavabo de doble pileta, productos de tocador de la marca Bulgari, diferentes albornoces, zapatillas y secador de pelo. Con un precio elevado, la clásica suite real posee todo lo necesario para hacerte soñar. Es una auténtica casa de una sola planta, de 300 m², con piscina interior y exterior, sala de fitness, jacuzzi, cocina, cava de puros, etc. Todo en ella es espléndido.
El club de yates también es único. En un extremo del complejo, existen 9 habitaciones, construidas en batería, que dan directamente al mar mediante un gran acceso privado con una escalera instalada en un extremo de la terraza. Tanto el exterior como el interior de esos búnkeres rodeados de tranquilidad, el lujo que se respira y la alta tecnología son dignos de una película. Disponen de dos paneles de mandos (uno en la terraza y otro en el dormitorio) que permiten activar los numerosos equipos electrónicos: una enorme televisión de plasma que se descuelga del techo sobre una gran cama que da frente al mar, una pared con un espejo sin tintar que se enciende para dejar paso a una segunda televisión, otra instalada en el cuarto de baño y un proyector que se despliega para ver las películas en gran formato. En el salón, se puede recrear sin problemas todo un espacio de trabajo gracias a los diferentes aparatos presentes. Cada uno de los espacios se abre de forma espectacular a las demás zonas y se pueden cerrar gracias a los cierres deslizantes. El cuarto de baño, soberbio, se extiende a lo largo de una de las paredes, con un jacuzzi encastrado en el suelo y una ducha doble equipada con una luz azul. La terraza cuenta con dos niveles enlazados mediante una escalera. Al salir de este yate reformado, los escalones se retiran para poder impedir que nadie ajeno pueda entrar en él (algo poco probable).