Las habitaciones imitan el estilo antiguo y preciado de la vivienda (que se ha querido conservar), al que se mezcla un toque de extravagancia barroca.
En ellas encontrarás una cama (sencilla o con baldaquino) con cubrecama bordado de color verde agua y cojines a conjunto, un tocador de madera de estilo algo retro, pequeñas lámparas con formas redondas que iluminan las mesitas de noche. Las habitaciones desprenden un olor a madera antigua.
Si somos un poco quisquillosos, se podría reprochar que las habitaciones del Arena están demasiado recargadas, cosa que puede molestar a causa de la falta de espacio o si no se es admirador de esta estética. Esta mezcla barroca y moderna, discutible y difícil de conseguir, no sorprende al ver la televisión de pantalla plana aunque uno se queda atónito al observar el teléfono de teclas de plástico.
Sin embargo, todo funciona de maravilla en el interior, aunque cierto es que la climatización debería renovarse, sobre todo en el cuarto de baño que es un poco antiguo.
La suite tiene parqué barnizado y una increíble hilera de ventanas (se trata de una habitación en ángulo) decoradas con telas de satén blanco y cortinas verdes, con marcos de madera que hacen que la habitación parezca más grande. Las cestas de flores y la elegante alfombra del suelo le dan el toque de color. La habitación transmite una sensación de antigua vivienda refinada, apacible y distinguida.
El cuarto de baño es de tonos verde agua decorado con pececitos. El wc no es nuevo, pero está limpio. La sala es pequeña pero contiene todo lo necesario, en particular, un completo conjunto de productos de aseo: del dentífrico al hilo de coser pasando por la lima de uñas y el peine.
Todas las habitaciones cuentan con conexión a Internet inalámbrica gratuita (hay que pedir la contraseña en recepción) y minibar. En cambio, el servicio de habitaciones es de pago.