El hotel ostenta un estilo típicamente "Four Seasons": entrada luminosa, revestimientos de mármol, espacios inmensos. Pero la arquitectura imponente que caracteriza a todo el establecimiento (repartido en tres edificios) puede dar una cierta impresión de frialdad y de formalidad. En ocasiones, esta impresión se acentúa por un servicio de seguridad que no consigue disimular, tras las sonrisas y la etiqueta, una cierta rigidez.
En este sentido, el personal y el establecimiento se funden en uno: fieles al concepto de imagen y de lujo, los miembros del personal forman parte activa en el mantenimiento de una atmósfera y de un equilibrio que hacen que este hotel sea uno de los lugares más en boga de la capital.
El hotel, abierto en 2008, se caracteriza por un estilo europeo, diferente del más tradicional 4 Seasons Sultanahmet, situado en el centro de la ciudad.
Como ya hemos mencionado, el hotel está compuesto por tres edificios comunicados entre sí: el edificio otomano original (que data del siglo XIX) que se completa con dos construcciones recientes, que ostentan una arquitectura y una decoración más moderna.
El vestíbulo, situado en un antiguo edificio, presenta una decoración vistosa (pero para nada kitsch), con unas figuritas de hierro forjado y una fragancia ambientadora indefinible, pero a pesar de todo muy presente en las zonas comunes.
El conjunto hace que la gente se comporte correctamente y baje la voz, para no romper la atmósfera formal que inspira el establecimiento.
Un establecimiento de este tipo no podía prescindir del spa. Junto con su espacio deportivo (el gimnasio es muy grande) y estético (tiene incluso una peluquería), el centro de bienestar también es accesible para las personas externas al hotel y presenta una decoración que resalta el empleo de la madera y de los motivos decorativos turcos. Aquí también se ha querido crear una arquitectura híbrida, que combina materiales tradicionales con elementos de diseño.
Además de las 6 salas de conferencia, el Four Seasons también propone una sala de ceremonias. En este espacio elegante (gracias al efecto que da la moqueta y a una buena luminosidad) se han dispuesto 7 mesas que pueden acoger cada una a unas diez personas. Es una sala insonorizada, que se suele utilizar para los bufés. Un vestuario completa la oferta.