En perfecta continuidad del estilo del establecimiento, el hotel Les Ottomans tiene 10 habitaciones - todas suites - acondicionadas de manera excéntrica en un gusto anticuado particular.
Dejando a un lado los gustos estéticos personales, vale la pena echar un vistazo a todas las suites: sofás de época, tapicería verde chillón, cortinas satinadas sujetadas por gruesos cordones.
El ambiente que reina es una mezcla de tejidos vistosos y de materiales tradicionales (las puertas de madera maciza son muy bonitas), que desafortunadamente tiende a lo llamativo (creemos que las lámparas que imitan velas ya son demasiado) y a recargarlo todo, como ya hemos dicho anteriormente. De hecho, este deseo de llenarlo todo de decorado deja al final poco espacio disponible.
Sin embargo, el interior rebosa de tecnología. Además de las prestaciones habituales de confort (que van de la televisión por satélite al sistema de aire acondicionado regulable automáticamente, pasando por el servicio de habitaciones), los clientes disponen de una impresora en su habitación, así como de servicios de excelente calidad.
¿Entonces cómo podemos conciliar los dos aspectos de estas suites, el lujo moderno y el lado antiguo excéntrico?
Una vez más, gracias al estilo. De hecho las habitaciones presentan la ventaja de ser todas diferentes, lo cual ofrece variedad y libertad decorativa. Y cada una de ellas lleva el nombre de un sultán.
La segunda suite visitada dispone, como la mayoría de las habitaciones, de un techo muy alto: aquí el espacio disponible permite organizar el alojamiento en dos plantas y disfrutar de una luminosidad particular.
Una vez más, se nota perfectamente el esmero (casi obsesivo) con el cual se han dispuesto los objetos y elementos decorativos en la sala. Un sofá violeta anima el tono de la habitación, decorada con espejos de época y una puerta de entrada de madera esculpida con marquetería y aldaba original. En cuanto a las líneas del parquet, contribuyen a que la luz entre hasta los rincones más protegidos de la habitación.
En la planta superior el ambiente es satinado: un lavabo de bronce completa, por la intensidad de su color, esta impresión de suavidad absoluta transmitida por la habitación en sólo unos metros cuadrados.
Es una lástima que la ventana dé a la calle, ya que las vistas no son especialmente atractivas.
En todos los cuartos de baño encontramos productos "Quintessentially reserve" (marca que encontramos también en el hotel W Istanbul, Ndlr), fabricados especialmente para una serie de hoteles de gama alta.