Las habitaciones, al igual que el resto del hotel, conservan el encanto de antaño. Lo que impresiona, más que su tamaño, es la altura de los techos de las habitaciones. Las estancias son de tonos marrones y todas tienen una cama grande, mesita de noche esculpida y barnizada y un gran armario de madera maciza. El parqué está encerado y decorado con una hermosa alfombra anatolia. Aunque la mayoría de las 145 habitaciones se han renovado, los cuartos de baño siguen siendo de época, tal y como atestiguan la bañera y el bidé retro, así como el exagerado tamaño de las tuberías. En cuanto a la comodidad, la mayoría de las habitaciones están climatizadas y equipadas con minibar, caja fuerte, televisión satélite y teléfono con línea directa internacional. Gracias al servicio de habitaciones, disponible las 24 horas, podrás disfrutar de una buena comida en la habitación.